Tokio ha decido ampliar así sus medidas de presión sobre Moscú por “no haber logrado apaciguar la crisis en Ucrania”, según dijo hoy en rueda de prensa el ministro portavoz nipón, Yoshihide Suga.
El Ejecutivo nipón, que ya aplicaba sanciones a Moscú por la anexión de Crimea, tomará medidas adicionales después de que el vuelo comercial MH17 fuera derribado por un misil el pasado 17 de julio en la región ucraniana de Donetsk, controlada por milicianos separatistas prorrusos.
En particular, se congelarán las cuentas domiciliadas en Japón pertenecientes a “individuos o grupos directamente involucrados en la anexión de Crimea o en la inestabilidad en Ucrania”, señaló Suga en declaraciones recogidas por la agencia Kyodo.
Japón también seguirá la línea de las medidas recientemente anunciadas por Bruselas de suspender todos los programas de cooperación con Rusia del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD).
Así, Tokio cancelará la financiación de nuevos proyectos en Rusia y limitará las importaciones de productos fabricados en Crimea, anunció el ministro portavoz nipón.
Todas estas medidas entrarán en vigor una vez que el Gobierno selle su aprobación formal, lo que se espera que tenga lugar en los próximos días.
Hasta la fecha, Moscú ha negado haber suministrado el tipo de misil que derribó el MH17 de Malaysian Airlines y mató a las 298 personas que iban a bordo.
A modo de sanción por la intervención rusa en Ucrania, Japón había congelado desde marzo sus negociaciones para lograr un acuerdo bilateral de inversión con Moscú, ha suspendido conversaciones para facilitar la emisión de visados a ciudadanos rusos y ha denegado los mismos a varios funcionarios del Ejecutivo de Vladimir Putin.