Japón ya alertó hace días de que ampliaría sus sanciones a Rusia si Moscú no dejaba apoyar a los grupos separatistas en la región ucraniana de Donetsk después de que el MH17 fuera derribado en esa zona con un misil, lo que costó la vida a las 298 personas que iban a bordo.
Las sanciones incluyen la congelación de activos de unos 40 individuos y 2 grupos que se cree están involucrados en la reciente anexión de Crimea por parte de la Federación Rusa y en la financiación de estos grupos.
Entre las cuatro decenas de individuos se cuenta el expresidente ucraniano, Víktor Yanukóvich, y líderes separatistas prorrusos como el autoproclamado primer ministro de la región autónoma de Crimea, Serguei Aksionov.
Del mismo modo, Japón ha decidido restringir severamente la importación de cualquier producto fabricado en Crimea y en la ciudad de Sebastopol.
Las sanciones no afectan a ningún miembro del entorno directo del presidente ruso, Vladimir Putin, ya que Japón no quiere dañar sus relaciones con Rusia por su deseo de resolver con prontitud la disputa territorial que mantiene con Moscú a cuenta de las islas Kuriles del Sur.
“Continuaremos buscando una solución diplomática y pacífica a la situación en Ucrania a través de la coordinación con la comunidad internacional y el G7”, añadió hoy en rueda de prensa el ministro portavoz del Gobierno nipón, Yoshihide Suga, tras anunciar las sanciones.