Lieberman “ordenó la apertura de los cruces de Erez y Kerem Shalom (para personas y mercancías, respectivamente) tras consultas con las fuerzas de seguridad”, informó su oficina en un comunicado, después de un fin de semana de relativa calma en la línea de separación entre la franja e Israel.
Además, agregó, por ahora ha pospuesto “la decisión sobre (permitir) el suministro continuo de combustible de Catar” al enclave costero, que “será examinada en unos pocos días”, según la evolución de “los acontecimientos”.
Israel prohibió la semana pasada la entrada de combustible y gas a Gaza, y esta, afirmó Lieberman, “no se reanudará” hasta que “la violencia en la Franja se detenga completamente, incluyendo el lanzamiento de globos incendiarios y la quema de neumáticos cerca de las comunidades israelíes”.
La decisión se tomó pocos días después de que Israel permitiera que cientos de litros de combustible comprados por Catar entraran en la Franja para aliviar los cortes energéticos que sufren sus habitantes, con una media de cuatro horas de electricidad al día.
Israel somete a Gaza a un bloqueo por tierra, mar y aire desde que en 2007 el movimiento islamista Hamás tomara el poder y expulsara por la fuerza del Gobierno al partido del presidente palestino, Mahmud Abás, Al Fatah.
Desde el pasado 30 de marzo, las movilizaciones de la Gran Marcha del Retorno se repiten cada semana en la línea divisoria para reclamar el derecho al retorno y protestar contra el bloqueo israelí, y desde entonces han muerto 206 palestinos, tanto en las protestas como en incidentes violentos junto a la frontera.
Este último viernes, al menos 130 palestinos resultaron heridos, cuatro de ellos en estado crítico por disparos del Ejército israelí, en la trigésima protesta organizada, que congregó a alrededor de 20.000 palestinos y tuvo lugar bajo la presión egipcia sobre Hamás para evitar incidentes que pudieran provocar una nueva escalada militar.