“Al principio no habrá cese del fuego, no habrá mientras no terminemos de destruir los túneles, uno de los objetivos de esta operación” , afirmó el martes la ministra de Justicia Tzipi Livni, considerada como la “paloma” del gobierno de Benjamin Netanyahu.
Israel lanzó su ofensiva terrestre con la misión de neutralizar los túneles del movimiento islamista Hamas, “la Gaza debajo de Gaza” , que servían como depósito y para desplazar el arsenal de los combatientes y realizar operaciones comando de infiltración en territorio israelí.
El ministro de Defensa, Moshé Yaalon, indicó que el ejército tenía “necesidad de dos o tres días” más para lograr los objetivos.
En el plano militar, Israel, que afirmaba al inicio de las operaciones militares el 8 de julio haberse dejado llevar por Hamas a una guerra que no quería, ha tenido pérdidas significativas con el asalto de las tropas por tierra, al morir 27 soldados en cinco días, el balance más fuerte desde hace 8 años.
Cerca de 60.000 reservistas fueron movilizados para reforzar a los jóvenes reclutas, parte de los cuales espera en las fronteras del enclave palestino la continuación de las operaciones.
“La arena fina de Gaza podría transformarse en arena movediza para los soldados israelíes”, advirtió el diario izquierdista Haaretz.
Pero pese a la atmósfera pesada por las listas de los soldados muertos en combate, difundidas por los medios, la opinión pública israelí se inclina a favor de la continuación del operativo, según una encuesta realizada por el diario progubernamental Israel Hayom: 77% de los israelíes se oponen a un cese del fuego en la situación actual, frente a 16% que consideran necesario aceptar una tregua inmediata.
Una aplastante mayoría de israelíes (94%), según esta encuesta, se muestra satisfecha por la campaña militar en Gaza, que ya causó más de 600 muertos de lado palestino, en su mayoría civiles.
Mientras el secretario general de la ONU Ban Ki-moon y el jefe de la diplomacia estadounidense trataban el martes de lograr un cese del fuego, el gobierno israelí dice tener “un apoyo muy importante” de la comunidad internacional a su operación en Gaza y parece hacer un frente unido interior para no dar ninguna concesión a Hamas.
“Pagamos un precio elevado y no vamos a hacer el trabajo a medias”, aseguró el martes el ministro israelí de Economía Naftali Bennett, ex oficial de una unidad de comando, y quien quiere ir hasta el final.
“Un cese del fuego no se hará según las condiciones inaceptables que Hamas exige”, dijo por su parte Tzipi Livni.
“Hamas ha presentado por ahora exigencias que ni nosotros ni Abas ni los egipcios o los estadounidenses pueden aceptar”, afirmó la ministra, quien parece reforzar así la posición negociadora en torno a una iniciativa presentada por Egipto, que tiene como competidor a Catar, aliado de Hamas.
Hamas condiciona su acuerdo a una tregua al levantamiento del bloqueo israelí impuesto desde 2006 contra la franja de Gaza, la apertura de la frontera con Egipto y la liberación de decenas de detenidos.