“El alto comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados e Israel llegaron a un acuerdo que permitirá el traslado de al menos 16.250 migrantes africanos hacia países occidentales, mientras que el Estado de Israel solucionará la situación de los que se queden”, indicó un comunicado de la oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
El 15 de marzo pasado, la Corte Suprema israelí suspendió el plan gubernamental que preveía la expulsión de miles de migrantes africanos que entraron ilegalmente al país.
Tras la apelación de organizaciones de defensa de los migrantes, el alto tribunal dejó en suspenso el plan hasta el 26 de marzo, y dio al Estado hasta esa fecha como plazo para argumentar su defensa.
El gobierno de Benjamin Netanyahu quería expulsar a miles de eritreos y sudaneses que entraron ilegalmente en el país y no tienen ninguna demanda de asilo en curso.
El gobierno les daba a los migrantes la posibilidad de elegir entre irse antes de principios de abril de regreso a su país de origen o a otro país o ingresar en la cárcel.