El palacio, residencia oficial de la familia real británica, necesita una completa modernización, ya que no ha sido decorado desde 1952, cuando Isabel II ascendió al trono, y hay que cambiar cables y retirar asbesto, indican hoy los medios locales.
“Una opción es que el palacio sea desocupado. Estamos consultando con expertos para ver esta posibilidad”, dijo una fuente real a la agencia británica Press Association.
“La primera estimación de la renovación del palacio de Buckingham parece de 150 millones de libras. Y depende de cómo se haga la renovación, ya sea por partes o todo (al mismo tiempo)”, añadió.
La soberana británica, de 89 años, pasa gran parte del año en el palacio para cumplir con sus funciones de Estado, desde recibir a mandatarios, organizar recepciones o entregar títulos honoríficos.
Esta renovación coincide con las últimas cifras de las cuentas de la monarquía correspondientes al año fiscal 2014-15, que indican que el mantenimiento de la monarquía le ha costado al contribuyente británico 35,7 millones de libras (49,9 millones de euros) en 2014-15, igual que en el mismo periodo del año anterior.
Esta cifra equivale a 56 peniques (78 céntimos) por cada ciudadano residente en el Reino Unido.
Las cuentas señalan también que el viaje más caro realizado por un miembro de la familia real ha sido el del príncipe Carlos, heredero de la corona británica, y su mujer, la duquesa de Cornualles, a Colombia y México el año pasado, cuyo coste ascendió a 446.159 libras (624.622 millones de euros).
Además, la reina cumplió en el último año fiscal con un total de 196 compromisos oficiales, 113 menos que en el periodo anterior.
Entre otras cosas, los medios británicos señalan hoy que Escocia podría contribuir menos al fondo destinado a la monarquía si esa región obtiene una mayor autonomía.
Esa situación surgiría si los beneficios generados por las propiedades de la corona en Escocia son retenidos por el Parlamento escocés de Holyroord en vez del Parlamento británico de Westminster.
No obstante, tanto el Gobierno del Reino Unido como el autonómico escocés han indicado que no esperan que una mayor autonomía de la región tenga un impacto negativo en la contribución de Escocia a la monarquía británica.