VIENA. Un avance decisivo en los diálogos todavía se hacía esperar, en el octavo día de esta ronda final. Pero los semáforos parecen ir pasando tímidamente al verde.
“La prolongación de las negociaciones no es una opción para nadie. Ni para nosotros, ni para los otros. Intentamos terminar el trabajo en este momento. Pero ¿esto ocurrirá? No puedo decirlo con certeza”, declaró Abbas Araghchi, uno de los principales negociadores iraníes, a la televisión estatal.
Araghchi, quien reiteró que el acuerdo debe respetar las “líneas rojas” de Irán, explicó que los negociadores habían preparado “un texto de 20 páginas con cinco anexos, en total entre 70 y 80 páginas”.
Sin embargo, algunas “cuestiones importantes”, especialmente “cuatro o cinco puntos relativos a las sanciones”, aún no estaban solucionadas, por lo que los ministros deberían resolverlas.
Las negociaciones deben permitir concluir un acuerdo con el objetivo de asegurar que el programa iraní no tenga una dimensión militar, a cambio de que se levanten las sanciones internacionales que afectan a Irán.
Los iraníes reclaman un levantamiento rápido y global de estas últimas, mientras que el grupo 5+1 (Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia, China y Alemania) aboga por un proceso progresivo y reversible en caso de violación del acuerdo.
“Estamos realmente al final de la partida”, declaró a los periodistas un alto funcionario del gobierno estadounidense. “Estamos realizando muchos progresos, no hay duda de ello”, añadió.
El responsable, que pidió el anonimato, matizó que todavía hay cuestiones importantes que no están resueltas. “Por eso la gente trabaja hasta muy tarde por la noche”, explicó.
El director general de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), Yukiya Amano, señaló el sábado que su organización podría concluir a fines de año sus investigaciones sobre la “posible dimensión militar” (PMD) del programa nuclear de Irán, uno de los puntos claves del dossier.
Amano hizo estas declaraciones a los periodistas a su vuelta de Teherán, donde se reunió con el presidente iraní Hasan Rohani.
La PMD es uno de los aspectos más delicados de las negociaciones. La AIEA sospecha que Teherán podría haber dirigido investigaciones, al menos hasta el año 2003, para dotarse de la bomba atómica, y quiere tener acceso a los científicos implicados, así como a los documentos y a las instalaciones que podrían haber albergado estas investigaciones.
Irán siempre ha desmentido haber querido o querer dotarse de arsenal militar nuclear, afirmando que los documentos en los que se basa la AIEA son falsos.
“Se han realizado progresos”, aseguró Amano, cuya agencia podría jugar un papel crucial de supervisión de un eventual acuerdo entre Irán y las grandes potencias.
Los ministros de Relaciones Exteriores, quienes deben culminar las negociaciones, tienen previsto regresar el domingo a la capital austríaca, para unirse a sus homólogos estadounidense, John Kerry, e iraní, Mohamad Javad Zarif.
El acuerdo podría cerrarse, o no, antes del próximo martes.
Según una nueva ley, si el Congreso estadounidense recibe el texto de acuerdo antes del 9 de julio, tendrá 30 días para pronunciarse, pero más allá de esa fecha dispondrá de 60 días para examinarlo.
La perspectiva de un acuerdo hizo que Israel alertara de un eventual levantamiento de las sanciones a Irán.
“A partir del levantamiento de las sanciones, la economía iraní comenzará a recibir decenas o incluso cientos de miles de millones de dólares”, indicó la oficina del primer ministro Benjamin Netanyahu en un comunicado, para quien “Irán es el país más peligroso del mundo y, de hecho, mucho más peligroso que el grupo yihadistaEstado Islámico”.