Irán no ha enriquecido uranio hasta niveles prohibidos, ni ha almacenado ilegalmente ese tipo de material, destaca la agencia de la ONU en su informe, que confirma así que el país respeta las condiciones que le impiden dotarse de una bomba atómica.
Estados Unidos presiona en la actualidad a sus aliados para que denuncien ese acuerdo, que consideran excesivamente favorable a Teherán.
El vicepresidente estadounidense, Mike Pence, calificó a Irán como “el peor peligro” en Oriente Medio, y afirmó que su régimen preparaba un “nuevo Holocausto”, durante una conferencia internacional sobre la región celebrada en Varsovia el pasado 14 de febrero.
El gobierno de Donald Trump considera que Teherán no ha renunciado a sus ambiciones nucleares, a pesar de las conclusiones de sus propios servicios de inteligencia y de la AIEA.
Pence criticó en particular la iniciativa de Francia, Alemania y Reino Unido que permiten a las empresas europeas operar en Irán a pesar del restablecimiento de las sanciones estadounidenses.
“Para nosotros, la aplicación del acuerdo nuclear con Irán es un asunto de seguridad europea —para evitar que Irán pueda desarrollar un arma nuclear—, y constatamos que funciona” destacó la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini.
El informe de la AIEA insiste en la importancia de una “cooperación proactiva” del régimen iraní para mantener abiertos sus plantas nucleares para que continúen las inspecciones.