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De hecho, en mayo debería comenzar a entrar en funcionamiento un sitio del gobierno -creado por el ministerio de Deportes y Juventud- para promover reuniones con el fin de que más parejas lleguen al matrimonio.
Las últimas cifras, proporcionadas a los medios de comunicación por el ministro de Interior, Abdolrezah Rahmani Fasli, hablan de un descenso del 6,5% de las nupcias en último año persa (terminó el 20 de marzo) y un aumento del 5,3% de los divorcios. Hay un buen promedio, en tanto, de las tasas de nacimiento con + 4,2%, pese a que se trata de un país donde son muchas familias que deciden no tener más de un hijo.
Es tan así, que hace un año el guía espiritual Ali Jamenei, armó un tratado orientador familiar que invita a tener más hijos, en contraste con el modelo occidental y en favor de un retorno a la tradición islámica-iraní. Su apelación llevó a la prohibición de las intervenciones de esterilización y la abolición de los cursos para las jóvenes parejas sobre los métodos para el control de la natalidad.
Queda abierto, sin embargo, el problema de que cada vez menos parejas se quieren casar, por elección o por los recursos limitados con los que cuentan, mientras que va en aumento el número de parejas que deciden vivir juntos sin casarse, aunque esto sigue siendo un tabú en la sociedad iraní.