“Las instalaciones militares de Irán son secretas y cualquiera no no puede entrar en ellas”, subrayó en rueda de prensa en Teherán el portavoz del Gobierno iraní, Mohamad Baqer Nobajt.
El portavoz indicó que la demanda estadounidense de exigir un acceso a las citadas instalaciones en base al JCPOA (Plan Integral de Acción Conjunta) es “inaceptable” y solo expresa un “sueño”.
La embajadora de EE.UU. ante la ONU, Nikki Haley, ha instado a la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) a que presione a Teherán para inspeccionar sus emplazamientos militares, sugiriendo que en ellos se puede estar desarrollando actividad nuclear.
Al respecto, y en la misma línea que Nobjat, el influyente Ali Akbar Velayati, consejero del líder supremo iraní, Alí Jamenei, afirmó que los estadounidenses no realizarán esa inspección porque se trata de lugares “estratégicos”.
“Los estadounidenses se llevarán el sueño de poder inspeccionar nuestros sitios militares, ya sea bajo el pretexto del JCPOA o cualquier otra justificación, a la tumba”, agregó.
El acuerdo nuclear, firmado en julio de 2015 entre Irán y el G5+1 (integrado por EE.UU., Rusia, Francia, Reino Unido y China más Alemania) limita el programa atómico de Teherán a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales.
El pacto encarga a la AIEA la inspección de los sitios nucleares de Irán para verificar su pleno cumplimiento, pero no autoriza una revisión similar de las bases militares.