“Arabia Saudita basa su existencia en la continuación de las tensiones y los enfrentamientos e intenta resolver sus problemas internos exportándolos al exterior”, dijo Jaber Ansari, un portavoz de la diplomacia iraní.
Irán considera que la ruptura de relaciones diplomáticas decidida por Arabia Saudita no borrará el “error estratégico” de la ejecución del jefe chiita saudita Nimr Baqer al Nimr.
Las relaciones entre Arabia Saudita, un país sunita, e Irán, chiita, viven constantes altibajos desde la revolución iraní de 1979, que terminó con la monarquía del sha e instauró la República Islámica. En un nuevo episodio de tensión, varios desconocidos dispararon el domingo por la noche contra la policía saudita en la ciudad natal del líder chiita, donde una persona murió, indicó la prensa oficial.
Las autoridades de Riad anunciaron el domingo la ruptura de sus relaciones diplomáticas con Irán tras los ataques contra sus sedes diplomáticas en Teherán y Mashhad (noreste), incendiadas el sábado. El ministro saudita de Relaciones Exteriores, Adel Al Jubeir, dio “48 horas a los miembros de la representación diplomática iraní para abandonar el país”. Los ataques contra las sedes diplomáticas sauditas son “una violación flagrante de las convenciones internacionales”, agregó el ministro.
Por su parte el portavoz iraní Jaber Ansari aseguró que Irán “respeta sus compromisos para proteger las representaciones diplomáticas, mantener su seguridad y la de sus diplomáticos”.
El hermano de Nimr condenó los ataques contra las sedes diplomáticas sauditas y deploró que su hermano haya sido enterrado en un cementerio desconocido.
“Rechazamos y condenamos el ataque contra las embajadas y consulados del reino en Irán”, escribió Mohammed al Nimr en un mensaje en árabe en Twitter, y pidió que el cuerpo del “martir” sea entregado “rápidamente” a la familia para que se inhumado en Awamiya, su ciudad natal en el este de Arabia Saudita.
Por su parte, el viceministro iraní de Relaciones Exteriores, Hossein Amir Abdollahian, deploró el error estratégico de Arabia Saudita. “Arabia Saudita no puede hacer olvidar el gran error de haber ejecutado un dignatario religioso” chiita, dijo Abdollahian.
La ejecución de Nimr Baqer al Nimr junto a otras 46 personas, en su mayoría condenadas por “terrorismo”, provocó violentas manifestaciones en la comunidad chiita de varios países en Oriente Medio, Irán, Irak, Bahrein y el Líbano.
Según Amir Abdollahian, Arabia Saudita “ha perjudicado los intereses de su propio pueblo y a los pueblos musulmanes de la región con el complot para hacer bajar el precio del petróleo”.
Irán considera que Riad tuvo un papel primordial en la caída del precio del petróleo manteniendo la producción a un nivel muy elevado. Los precios del crudo estaban en alza el lunes debido a la decisión saudita de romper las relaciones con Irán.
Las dos potencias se enfrentan por las crisis de Siria, Irak y Yemen, acusándose mutuamente de ambiciones expansionistas.
Las relaciones entre ambos países fueron interrumpidas durante cuatro años, entre 1987 y 1991, después de sangrientos enfrentamientos entre peregrinos iraníes y sauditas en La Meca en 1987. En septiembre pasado, la muerte de al menos 2.236 peregrinos, entre ellos 464 iraníes, en Mina, cerca de La Meca, había aumentado la tensión entre ambos.
Después de la ejecución del dignatario chiita y las manifestaciones en Irán, Estado Unidos exhortó a los dirigentes de Oriente Medio a tomar medidas para “apaciguar la tensión” .
Antes de la ruptura de relaciones entre los dos países, los dirigentes de Estados Unidos, Francia, Alemania, la Unión Europea y la ONU habían manifestado su preocupación por el aumento de la tensión en una región azotada por numerosos conflictos y guerras.