Los responsables de los servicios de Protección Civil suecos admitieron este sábado su frustración ante una situación que sólo puede remediar la lluvia, ya que los esfuerzos de los bomberos han servido para evitar que las llamas se extiendan, pero no para extinguir los grandes focos.
“Es frustrante, pero nos tememos que el punto álgido no se ha alcanzado aún”, afirmó el coordinador de los Servicios de Protección civil, Peter Arnevall, en declaraciones recogidas por la radio pública del país, Sveriges Radio.
Siguen activos varios focos en los condados de Jämtland, Gävleborg y Dalarna, así como algunos del oeste de la vecina Noruega, y los trabajos de los servicios de extinción se centran en asegurar el perímetro del fuego. Por el momento parece imposible lograr apagar los incendios, ante unas temperaturas récord para las que se prevé cierto alivio este domingo, pero que el próximo lunes podrían situarse de nuevo por encima de los 32 grados centígrados.
“No podemos sofocar ninguno de estos grandes incendios. Lo único que puede ayudar a extinguirlos en un cambio de temperatura y que llueva”, prosiguió Arnevall, ante unos pronósticos que no prevén precipitaciones destacables al menos hasta finales de la próxima semana.
Desde mediados de semana se han registrado más de 50 incendios forestales en Suecia, la mayoría de los cuales siguen activos, una situación sin precedentes en ese país. Se estima que han quedado devastadas unas 20.000 hectáreas de bosque, situación que el primer ministro sueco, el socialdemócrata Stefan Löfven, calificó de “excepcional” tras inspeccionar sobre el terreno una de las regiones afectadas.
Cientos de personas de pequeñas poblaciones de esos condados tuvieron que ser evacuadas en los días pasados y el viernes decretó la prohibición en todo el país de hacer fuego o encender barbacoas en espacios naturales.
El mayor de estos fuegos ha calcinado ya unas 8.500 hectáreas en el municipio de Ljusdal (centro del país), en medio de los esfuerzos desesperados de los bomberos para tratar de mantener bajo control las llamas.
En las tareas de extinción o lucha contra la extensión del fuego participan todos los efectivos del cuerpo de bomberos disponibles, incluidos los que estaban de vacaciones, así como voluntarios y equipos de protección civil.
Las autoridades suecas solicitaron refuerzos a sus socios europeos el pasado día 16, a lo que respondieron Francia, Italia, Alemania, Polonia, Dinamarca y Lituania han respondido enviando aviones, camiones de bomberos y efectivos adicionales.
Estocolmo reclamó esta cooperación a través del Mecanismo de Protección Civil de la Unión Europea (UE) y recibió hasta ahora dos aviones desde Italia y tres más de Francia especializados en el bombeo de agua, así como un avión de reconocimiento. También se han desplazado a la zona cinco helicópteros de lucha contra incendios alemanes y uno lituano, así como 44 vehículos de bomberos y 139 efectivos desde Polonia y 12 vehículos con 55 bomberos desde Dinamarca.
La multiplicación de incendios se produce ante una ola de calor en la que se han medido temperaturas récord en el país de hasta 34,4 grados centígrados y tras semanas sin precipitaciones. La Organización Meteorológica Mundial, organismo de la ONU con sede en Ginebra, alertó ya esta semana del calor extremo que afecta a todo el hemisferio norte en este mes de julio.
Este mes de julio se han registrado en Suecia tres veces más incendios que en el mismo período del año pasado e incluso en lo que respecta al Círculo Polar Ártico se han superado los 30 grados centígrados. Situaciones parecidas se viven en Noruega, donde el 17 de julio se registró una temperatura récord de 33,5 grados centígrados, en Badufoss, mientras que en Kevo (Finlandia), se alcanzaron los 33,4 grados centígrados.
Esta organización alertó asimismo, en un comunicado difundido el pasado día 19, del elevado riesgo de incendios en toda la región escandinava y países bálticos.