Se trata de Dresde, Dessau, Leipzig, Magdeburgo y Bitterfeld, en el este del país.
En las zonas amenazadas, los habitantes trabajaban día y noche para llenar bolsas de arena y así reforzar los diques.
En cambio, en el sur de Alemania, en la región de Baviera, la situación tendía a mejorar, en particular en Passau, en la frontera con Austria, en la confluencia de los ríos Danubio, Eno e Ilz, la cual ha vuelto a tener agua potable.
Los habitantes, con escobas en las manos, ya han empezado a evacuar el barro de las calles.
Además, el sol brillaba este miércoles en Alemania y los servicios meteorológicos pronosticaban buen tiempo para los próximos días.
En la República Checa, Praga pasó una noche tranquila, tras días de temor por las crecidas del Moldava, afluente del Elba.
Más al norte, había riesgos de inundaciones en varias plantas químicas, en particular el fabricante de fertilizantes Lovochemie.
La compañía Spolchemie afirmaba “continuar produciendo y transportando productos”, si bien tenía previsto “llevar a cabo un cierre gradual de su planta, como consecuencia de las inundaciones”.
Según la agencia de noticias checa CTK, dos contenedores de gas de 12 toneladas vacíos flotaban el miércoles en el Elba rumbo a Alemania.
La policía checa afirmó haber detenido a cinco personas que estaban saqueando zonas evacuadas.
La crecida del río Moldava llegó a su máximo el martes en Praga, antes de dirigirse hacia la ciudad industrial de Usti nad Labem, de 100.000 habitantes, a orillas del Elba, a unos 30 km de la frontera con Alemania, donde unas 3.700 personas tuvieron que abandonar sus hogares.
Varias fábricas químicas de la región suspendieron sus actividades por precaución el lunes, entre ellas la fábrica Spolana, de la ciudad de Neratovice, a 20 km al norte de Praga, donde en las inundaciones del año 2002 se derramaron toneladas de cloro líquido en el río Elba.
En Austria se prevé que la crecida del Danubio alcance su punto máximo este miércoles.
El martes ya se había inundado el puerto de la capital austríaca, así como algunos restaurantes ubicados al bordo del Danubio. No obstante, se pensaba que las canalizaciones diseñadas para combatir las inundaciones iban a proteger el resto de la ciudad.
En la parte occidental de Austria, el agua estaba bajando, al igual que en Baviera, y ya se habían empezado a limpiar los subsuelos inundados y las vías férreas.
Aguas abajo, en Hungría, Budapest se preparaba para la crecida del Danubio.
“La masa de agua que está llegando es tan enorme que representa una verdadera amenaza para las vidas humanas, pero con una buena cooperación podremos proteger a todo el mundo”, subrayó el primer ministro húngaro, Viktor Orban, que agregó que tal vez se proceda a evacuaciones masivas en los próximos días.