Interrumpen el juicio al “contador de Auschwitz” por enfermedad del acusado

BERLÍN. El juicio contra el llamado “contador de Auschwitz”, Oskar Gröning, quedó interrumpido por enfermedad del acusado.

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Gröning no acudió a la Audiencia de Lüneburg donde el pasado abril se le abrió un proceso por complicidad en la muerte de 300.000 víctimas del campo de exterminio nazi.

Gröning tuvo que dejar la vista del miércoles abruptamente, por sentirse mal, y este jueves no compareció a la siguiente sesión, informaron fuentes de la Audiencia, según las cuales no hay motivo alguno para pensar que pueda estar simulando una enfermedad.

Se espera ahora que un médico forense examine de nuevo a Gröning, para que en los próximos días se pueda dictaminar si está en condiciones de responder ante el Tribunal.

De acuerdo con el calendario previsto por la Audiencia, la siguiente vista debería tener lugar el próximo martes, sesión que por el momento se ha mantenido a la espera de cómo evolucione el procesado.

El juicio contra Gröning se abrió el 21 de abril con una amplia confesión del acusado, quien admitió su “complicidad moral” en los crímenes de ese campo de exterminio nazi, aunque luego negó haber participado en la selección de los deportados a los que se destinaba a la cámara de gas en cuanto llegaban a Auschwitz.

Los cargos que se le imputan se centran en la llamada “Operación Hungría”, durante la que llegaron a Auschwitz unos 425.000 deportados, de los cuales aproximadamente 300.000 fueron asesinados.

El procesado ingresó en las Waffen SS hitlerianas en 1941 y un año después empezó a servir en ese campo de exterminio, donde se encargó de incautar las pertenencias de quienes llegaban al campo y de hacer llegar su dinero y demás objetos de valor a Berlín. La Fiscalía considera que, con ello, contribuyó a financiar la maquinaria de la muerte del Tercer Reich.

Gröning pidió perdón a los supervivientes y familiares de víctimas que siguen este juicio tardío, a lo que siguió el gesto de una de estas testigos, Eva Kor, de 81 años, quien tendió la mano al procesado. Este gesto conciliador mereció las críticas de otros presentes en el juicio y colectivos de víctimas.

El proceso de Gröning, a punto de cumplirse los 70 años del fin de la Segunda Guerra Mundial, ha estado precedido por declaraciones de testigos procedentes de Estados Unidos, Israel y Hungría que lamentaban la lentitud de la justicia alemana.

El precedente inmediato del juicio fue la condena a cinco años de cárcel dictada en 2011 contra el ucraniano John Demjanjuk, quien fue guarda voluntario en el campo de Sobibor.

El proceso contra Demjanjuk estuvo marcado por frecuentes interrupciones por razones de salud del imputado, quien murió unos meses después de escuchar su sentencia en una residencia de ancianos. Con su condena se creó, sin embargo, jurisprudencia para juzgar por crímenes de guerra no solo a quienes intervinieron directamente en éstos, sino también a los considerados cómplices de maquinaria de la muerte nazi.

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