Insulza se despide de la OEA defendiendo el diálogo

WASHINGTON. El chileno José Miguel Insulza se despidió hoy de la Organización de Estados Americanos (OEA), tras diez años de gestión como secretario general, con una defensa del diálogo y la soberanía estatal ante los conflictos del continente.

“Esta organización es de todos los miembros por igual. Eso está claro para casi todos menos para algunos nostálgicos de la Guerra Fría, que dicen que la OEA ya no interviene como lo hizo en otros momentos”, dijo Insulza ante el Consejo Permanente del organismo, reunido hoy en sesión protocolaria en Washington.

“Ahora -aseveró-, el único camino es el de la inclusión, el diálogo y la cooperación”.

Éste fue el último Consejo del político chileno tras dos mandatos al frente de la OEA marcados por el golpe de Estado en Honduras de 2009, la crisis política en Venezuela, el avance en un nuevo enfoque sobre drogas y el levantamiento de la suspensión de Cuba del organismo, entre otros acontecimientos.

Insulza, a quien relevará el martes el uruguayo Luis Almagro, defendió la importancia de respetar “ escrupulosamente ” la soberanía de los estados y aseguró haber abordado las crisis políticas de esta década en el continente con imparcialidad ideológica.

“Ahora, los instrumentos comunes para sancionar a un Estado se deben aprobar por amplios consensos y yo insisto en que su aplicación debe ser excepcional”, señaló Insulza.

En este sentido, consideró que el año que tardó Honduras en volver a la OEA, tras la suspensión que siguió al golpe de Estado de 2009, “fue demasiado tiempo”.

El secretario general saliente destacó asimismo que su década al frente del organismo continental ha coincidido con los años de “mayor diversidad ideológica” entre los Estados miembros en la historia de la organización, fundada en 1948.

“Los tiempos de la hegemonía se acabaron. Esta no es la OEA de la Guerra Fría. La OEA es de todos por igual. No de los más grandes o de los más chicos”, subrayó.

Insulza dejó como encargo para la OEA de Luis Almagro que ahonde en el debate sobre “ el contenido y alcance de la democracia ” ahora que, dijo, “por primera vez todos los países de la región tienen gobiernos elegidos democráticamente”.

En su despedida del Consejo Permanente del organismo intervinieron las misiones de los Estados miembros ante la organización, que coincidieron en destacar que Insulza ha tenido que enfrentar duros retos y crisis durante su mandato.

Entre sus logros al frente de la organización, el presidente del Consejo Permanente, Neil Parsan, destacó el levantamiento de la suspensión de Cuba en la Asamblea General de San Pedro Sula (Honduras) de 2009.

Insulza señaló que buscar la vuelta de Cuba, suspendida en 1962, fue uno de sus objetivos desde el comienzo de su gestión al frente de la OEA y felicitó a la organización y al continente por la participación de la isla este año por primera vez en una Cumbre de las Américas, en Panamá.

“Esperamos pacientemente que llegue el momento de un mayor acercamiento entre Cuba y la OEA”, dijo.

Cuba, miembro de la OEA desde su creación en 1948, fue suspendida en 1962 tras el triunfo de la Revolución liderada por Fidel Castro debido a su adhesión al marxismo-leninismo en el marco de la Guerra Fría entre el bloque capitalista encabezado por EE.UU. y el comunista dirigido por la Unión Soviética.

El reto de que La Habana se reintegre en la organización, algo por lo que la isla no ha mostrado interés hasta ahora, queda para Luis Almagro, que asumirá el cargo el martes próximo ante el Consejo Permanente y llega a la organización con un gran apoyo del continente.

Pocas semanas después de tomar posesión, Almagro tendrá su primera gran cita continental como secretario general con la Asamblea General de la OEA de los días 15 y 16 de junio, centrada en el futuro de la organización, y que se celebrará en su sede en Washington ante la renuncia de Haití a acogerla.

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