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Anoche, a su llegada a la Argentina para participar de le cumbre del G20, el presidente francés, Emmanuel Macron junto a su esposa Brigitte Trogneaux se encontraron con la peculiar situación en la que no había una comitiva oficial para recibirlos. Fue obviamente, un insólito error de protocolo que al jefe de Estado no pareció molestarle, o al menos no lo hizo notorio.
Al descender del avión, el presidente se fijó a ambos lados y como no vio a ningún funcionario del gobierno, optó por saludar a dos empleados aeroportuarios que se encontraban allí.
Segundos después, cuando Macron y su esposa ya estaban subiendo al vehículo que los trasportaría, llegó la vicepresidenta argentina Gabriela Michetti; el secretario de Relaciones Exteriores de la Cancillería, Daniel Raimondi, el embajador francés en Argentina, Pierre Henri Guignard, y su pareja, María del Carmen Boue-Guignard para dar la bienvenida a la comitiva francesa.
Michetti declaró posteriormente que hubo un error del protocolo y alegó que no se trató de un retraso, si no una falta de comunicación, pues los encargados de recibir al presidente francés se encontraban una hora antes en el aeropuerto esperando, pero las autoridades portuarias tardaron en darles el visto bueno para ir a la pista a recibir al presidente.
Argentina es el centro de atención mundial este fin de semana debido a que en Buenos Aires, su capital se celebrará la cumbre del G20. Participan de la misma los mandatarios de Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia,Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica y Turquía además de la Unión Europea, como ente.