Haley es la representante elegida por la administración del presidente Donald Trump, quien en diciembre criticó a su predecesor, Barack Obama, por no haber impuesto el veto de Estados Unidos a la resolución 2234 del Consejo de Seguridad que denunció la colonización israelí en los Territorios Palestinos, rompiendo con una tradición existente desde 1979.
El año pasado, Estados Unidos se abstuvo, permitiendo así que el texto fuera aprobado, debido a su frustración con su aliado israelí por el fracaso en el proceso de paz.
Según Nikki Haley, esta resolución fue “una patada en el estómago” para Estados Unidos.
“Puedo decirles que todo el mundo en Naciones Unidas tiene miedo de hablarme de la resolución 2234” , aseguró la embajadora ante los nutridos aplausos de la conferencia anual del American Israel Public Affairs Committee (Aipec) , principal grupo de presión proisraelí de Estados Unidos.
“Y quiero que ellos sepan que eso ocurrió, es verdad, pero no volverá a ocurrir. Se acabaron los tiempos de las injurias a Israel” , aseguró.
La resolución 2234 insta al Estado hebreo a cesar toda actividad de colonización, pero “no se tomó ninguna medida en este sentido” en los últimos tres meses, denunció el viernes el emisario de la ONU para el proceso de paz en Medio Oriente, Nickolay Mladenov
De hecho, Israel hizo cinco anuncios en enero de ampliación de colonias con más de 6.000 viviendas en Cisjordania y Jerusalén Este ocupados.
Trump realizó unas declaraciones muy proisraelíes durante su campaña electoral, pero cuando recibió al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, a mediados de febrero en Washington, le pidió “frenar un poco la colonización” .
No obstante, el mandatario estadounidense pareció tomar distancias respecto a la solución de dos Estados, uno israelí y otro palestino, la referencia de la comunidad internacional para intentar resolver el conflicto. Nombró como embajador ante Israel a David Friedman, quien en el pasado se mostró escéptico con este plan de paz.
Funcionarios estadounidenses insisten en que siguen apoyando el objetivo de que Israel conviva con un futuro Estado palestino, con unas fronteras negociadas, pero no presionarán al Estado hebrero para que haga concesiones.