Fernandes declaró en rueda de prensa en la localidad javanesa de Surabaya, desde donde partió el aparato siniestrado, que las señales que captó el sonar de un navío no corresponden al avión que buscan. “El tiempo, desafortunadamente, no acompañara los próximos dos o tres días. Eso nos detiene, pero me han informado de que los barcos están viendo la forma de operar las 24 horas, lo que es muy alentador”, señaló el empresario malasio.
“Están reubicando todo el operativo en dos lugares donde creen que está el cuerpo del avión”, añadió el jefe de AirAsia. Las declaraciones de Fernandes llegan después de que la Agencia Nacional de Búsqueda y Rescate de Indonesia (Basarnas) informase de que un barco que participa en las labores de búsqueda localizó con sus equipos de sonar el punto exacto donde reposa la aeronave.
El lugar indicado por el navío está a unos 30 metros de profundidad marina y a unas 100 millas náuticas (185,2 kilómetros) de la población de Pangkalan Bun, en el sur de la isla de Borneo, adonde son transportados los cadáveres rescatados del mar antes de ser enviados a Surabaya. No es la primera vez desde que comenzó esta “pesadilla”, en palabras de Fernandes, que surgen informaciones contradictorias, incluso entre las autoridades indonesias.
El director Basarnas, Bambang Selistyo, confirmó hoy que han sido recuperados siete cadáveres, de tres mujeres y cuatro hombres. Los de una mujer y un chico han sido los dos primeros cuerpos en llegar hoy a Surabaya, donde esperan la mayor parte de los familiares de las víctimas con oraciones y ofrendas y donde se ha habilitado un centro para que los forenses trabajen en la identificación.
Su presencia ha consternado a los allegados, algunos de los cuales aún no se hacen a la idea, como la mujer del piloto, que siempre pensó que regresaría vivo. Un avión transportó a Surabaya ambos ataúdes, numerados 001 y 002 y que portaron marines de la Fuerza Aérea, seis por cada féretro, según mostró la televisión local.
El mal tiempo en el mar de Java al sur de Borneo, con fuertes vientos y olas de más de tres metros, ha dificultado las operaciones desde que se retomaron con las primeras horas del día hasta el punto de que los responsables tuvieron que suspenderlas temporalmente. En otras condiciones, los alrededor de 90 buceadores, la mayoría indonesios, habrían podido sumergirse en busca de más víctimas, restos o las cajas negras, de las que no se reciben las señales que deberían emitir.
Se ha especulado a lo largo del día con que una de las siete víctimas mortales era una mujer vestida con el uniforme de AirAsia o que otro cadáver llevara puesto un chaleco salvavidas, y sobre qué significaría que los tripulantes o pasajeros tuvieran puestos estos chalecos.
La mujer con el uniforme de AirAsia podría ser una de las cuatro azafatas que atendían en el vuelo QZ8501 que volaba de Surabaya a Singapur cuando se perdió el contacto. El resto de la tripulación la formaban un piloto con 20.537 horas de vuelo, el copiloto, de nacionalidad francesa, y un mecánico.
La noticia sobre la persona con el chaleco salvavidas puesto resultó ser otra información falsa. “No hay una víctima, un hombre, con un chaleco salvavidas. No estaban juntos (...) Hasta el momento, no hemos encontrado ningún cuerpo con el chaleco salvavidas puesto”, aseguró el subdirector de Basarnas, Tatang Zaenuddin, según el medio local “ Detik”.
El que los cadáveres estuviesen vestidos apunta a que el avión no estalló en el aire, según los especuladores, que refuerzan el argumento con el hecho de que los restos encontrados no estén esparcidos en un área muy grande. El avión de AirAsia despegó el domingo pasado de Surabaya y tenía previsto aterrizar unas dos horas después en Singapur.
Embarcaron 155 indonesios, tres surcoreanos, un británico, un francés, un malasio y un singapurense, entre 155 pasajeros y una tripulación de siete personas. El piloto llamó a la torre de control en Indonesia a medio camino y solicitó permiso para virar a la izquierda y subir de los 32.000 pies de altitud (9,76 kilómetros) a los 38.000 (11,59 kilómetros) para sortear una tormenta.
La torre de control aprobó el viraje en el momento pero cuando unos minutos después llamó al piloto para aprobar un ascenso solo hasta los 34.000 pies, no pudo establecer contacto. Las operaciones de búsqueda y rescate continuarán mañana en las mismas condiciones meteorológicas, según los pronósticos.