Estas revelaciones son las más recientes desde que la institución prometió más transparencia sobre los casos de abuso sexual infantil que involucran al clero.
Los obispos de las 15 diócesis de Texas divulgaron las identidades de los curas pedófilos, mientras que en California un bufete de abogados presentó nuevos nombres que, según ellos, fueron omitidos por las autoridades eclesiásticas de la ciudad de San Bernardino.
Según la diócesis del estado de Texas, todos los sacerdotes acusados fallecieron o fueron removidos del clero, o ambos. Dos sacerdotes en Houston enfrentaban acusaciones recientes, mientras que uno en San Antonio está siendo investigado.
“Los obispos de Texas decidieron dar a conocer los nombres de estos sacerdotes en este momento porque es correcto y justo, para ofrecer una sanación y esperanza a los que han sufrido”, dijo el cardenal Daniel DiNardo, de la diócesis de Galveston-Houston y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos.
Las diócesis de ese estado habían prometido en octubre pasado divulgar esta extensa lista, que se remonta a la década de 1950. En las principales ciudades del estado: San Antonio, Houston y Dallas, se contaron 57, 42 y 31 nombres respectivamente.
Algunos aparecen repetidos en varias listas. “En nombre de todos aquellos que no lo han hecho, ofrezco mis sinceras disculpas” , dijo DiNardo.
La Iglesia viene enfrentando meses de escándalo, con revelaciones de abusos encubiertos por la jerarquía en todo el mundo, principalmente en Australia, Chile y Estados Unidos, donde un cardenal, Theodore McCarrick, renunció acusado de abusar sexualmente de un adolescente en los 70.
El papa Francisco reconoció el sábado pasado que la Iglesia está “herida por su pecado” , pero al mismo tiempo desinfló las expectativas de cara a la cumbre de febrero en el Vaticano para tomar medidas concretas sobre los casos de abuso al decir que es un problema que “continuará” .
La Red de sobrevivientes de los abusados por sacerdotes (SNAP, del inglés) celebró la divulgación, pero pidió a las autoridades conducir investigaciones independientes.
“La única manera para que los obispos aquí en Texas sean realmente sinceros sobre reconstruir la sagrada confianza es permitir una revisión de todos los archivos por expertos de la ley”, dijo un comunicado.
Las fiscalías de varios estados de Estados Unidos abrieron ya investigaciones. En diciembre, la fiscalía de Illinois reveló los resultados de una investigación que arrojó al menos 500 acusados de abusar sexualmente de niños, algo que la diócesis nunca reveló antes.
En el mismo mes, funcionarios de la orden jesuita de la Iglesia Católica que supervisaba al menos 40 estados de Estados Unidos dieron a conocer los nombres de más de 240 miembros acusados de abuso que datan de la década de 1950.
Y un informe de agosto del gran jurado de Pensilvania encontró más de 300 presuntos sacerdotes depredadores y más de 1.000 víctimas que habían sido encubiertas durante décadas.
El bufete Jeff Anderson & Associates denunció este jueves que el informe presentado por la diócesis de San Bernardino, que mencionaba 35 curas pedófilos, estaba incompleto y presentaron su propio reporte, que lleva la cifra a 84.
Explicó que los nombres que completan el reporte estaban en los archivos de la diócesis de San Diego, a la que pertenecían San Bernardino y Riverside antes de 1978, así como en información recopilada en reportes de prensa, informes de otras diócesis y otras demandas judiciales.
“Develar esta información hace que nuestros niños están más seguros y permite que los sobrevivientes, que aún sufren en silencio pensando que están solos, sepan que no están solos, que no hicieron nada malo”, dijeron los abogados.
Según el informe, al menos siete de esos sacerdotes abandonaron San Bernardino rumbo a México, incluido el sacerdote Fidencio Silva-Flores, que abusó a Manuel Vega, un policía retirado que tiene una demanda contra el Vaticano. Y “lo vieron en México, como sacerdote”, dijo Vega. “Se salió con la suya, nos abusó y se mudó”.