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“Uno de cada cuatro muertos durante huracanes tropicales en Estados Unidos está vinculado al aumento del nivel de los ríos debido a las fuertes lluvias”, advirtió el director del Centro Nacional de Huracanes (NHC), Rick Knabb, en Twitter.
En Estados Unidos, hasta el momento nueve personas resultaron muertas (cuatro en Georgia y cinco en Florida) por el pasaje del huracán.
El Servicio Meteorológico Nacional (NWS) advirtió a su vez que Matthew provocará lluvias torrenciales a varias decenas de kilómetros tierra adentro en los estados de Florida, Georgia, Carolina del Sur y Carolina del Norte.
Hacia las 00H00 GMT del domingo, Matthiew registraba vientos de 120 km/h, ubicándose en categoría 1 en la escala Saffir Simpson, de un máximo de 5, según el último informe del NHC.
El ojo del huracán se hallaba a 65 km al este de Cape Fear, en Carolina del Norte, y se movía en dirección este-noreste a una velocidad de 20 km/h.
La subida de las aguas -hasta 3 metros en algunas zonas-, sumada a la marea alta, “generarán una situación peligrosa”, alertó el NHC.
Las autoridades de los cuatro estados afectados ordenaron la evacuación de alrededor de tres millones de personas.
La ciudad costera de St. Augustine, la más antigua del estado de Florida, sufrió “fuertes daños”, dijo a la AFP el comandante Chuck Mulligan, de la oficina del comisario del condado de St.Johns.
“Es la zona más afectada que he visto”, confirmó el gobernador de Florida a un recudido número de periodistas que lo acompañó en un recorrido por la zona costera de esa ciudad.
Un plan de urgencia federal había sido previamente implementado en los cuatro estados (Florida, Georgia y ambas Carolinas) por el presidente Barack Obama, que había advertido que se trataba de un huracán “verdaderamente peligroso”.
El país más devastado fue Haití, donde se registraron al menos 400 muertos sólo en el departamento del Sur, según dijo a la AFP el senador Hervé Fourcand, oriundo de la zona.
La Protección Civil por su lado dio cuenta de 336 muertos, 78 de ellos en la circunscripción del senador Fourcand.
“No podemos llegar a un balance definitivo antes del miércoles”, explicó a la AFP Marie-Alta Jean Baptiste, directora de la Protección Civil.
Ante la dimensión de las pérdidas humanas y materiales, el presidente provisional Jocelerme Privert decretó el sábado tres días de duelo nacional desde el domingo.
En Jérémie, una ciudad de 300.000 habitantes inaccesible hasta el viernes, la situación es desesperante.
“Es como si alguien con un telecomando hiciera que las aguas subieran y subieran”, graficó en declaraciones a la AFP Carmine Luc, una joven de 22 años.
En la bahía de Abricots, a 17 km de Jérémie, los habitantes sólo tienen alimentos para 10 o 15 días, dijo David Millet, quien trabajó durante años para la ONG Agrónomos y Veterinarios Sin Fronteras.
El barrio de Croix-Marche a Terre, en Los Cayos, la tercera ciudad del país, estaba reducido a un montón de árboles arrancados de cuajo, planchas metálicas y basura de todo tipo moviéndose entre las aguas y las casas destruidas.
En ciertas zonas del territorio hasta 80% de los cultivos fueron arrasados.
“Estamos organizando el transporte por vía terrestre, marítima y aérea de alimentos, agua y medicamentos hacia las zonas más afectadas”, dijo a la AFP el ministro del Interior, Francois Anick Joseph.
Venezuela envió tres cargamentos con 90 toneladas de ayuda y maquinaria para ser usada en la reconstrucción de infraestructura, mientras Bolivia planea despachar, antes del lunes, un total de 50 toneladas de alimentos, principalmente leche y arroz.
Estados Unidos envió a su vez un barco con 300 Marines que se sumarán a los 250 soldados y nueve helicópteros que ya están en el lugar. Francia despachará por su lado a 60 soldados y 32 toneladas de ayuda humanitaria y dispositivos de purificación de agua.
“Mucha gente perdió todo y se quedó solo con la ropa que lleva puesta”, señaló la ONG Care-France.
Unicef estimó en 1,3 millones - 10% de la población total- el número de haitianos afectados por el huracán. De ellos, 500.000 son niños.
Según la organización, cerca de 16.000 personas se hallaban este sábado en refugios provisorios. En algunas zonas hasta 80% de las viviendas fueron arrasadas.
La oficina de las Naciones Unidas para la Ayuda Humanitaria (OCHA) calculó que unas 750.000 personas necesitaban una ayuda de urgencia.
El PMA constituyó reservas para alimentar a 300.000 personas durante un mes.
Varias ONG temen además “nuevos brotes” de la epidemia de cólera introducida en el país tras el terremoto de 2010 por cascos azules de la Misión de la ONU para la Estabilización de Haití (Minustah).
Los daños sufridos este fin de semana por numerosos establecimientos sanitarios acrecientan esos temores.