Huesos humanos en nunciatura del Vaticano

El Vaticano se encuentra de nuevo en el ojo de huracán por el descubrimiento de huesos humanos en la sede de la nunciatura en Roma, los cuales podrían pertenecer a la hija de un funcionario de la Santa Sede desaparecida hace 35 años.

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ROMA. La familia de Emanuela Orlandi, la adolescente que desapareció misteriosamente en 1983 en pleno centro de Roma, pidió aclaraciones al Vaticano tras el anuncio oficial hecho la víspera por el vocero del Papa.

Los huesos fueron descubiertos por trabajadores que realizaban labores de remodelación de la sede de la embajada de la Santa Sede en Italia.

El macabro descubrimiento fue inmediatamente relacionado por la prensa con la desaparición de Emanuela Orlandi, de quien se perdió todo rastro en 1983 en pleno centro de la capital.

Aquella desaparición había sido relacionado con jerarcas de la Iglesia, con la mafia y también con el turco Ali Agca, autor del atentado contra Juan Pablo II en 1981. “Hemos pedido con una instancia oficial que se nos informe sobre todo gesto, situación o descubrimiento. Queremos saber”, declaró uno de los abogados de la familia Orlandi, Annamaria Bernardini Pace, tras la noticia del hallazgo.

El anuncio del Vaticano, mediante una nota oficial del vocero del Papa generó numerosas conjeturas y añade otra pieza más al rompecabezas que constituye el caso Orlandi.

“Durante los trabajos de restauración en un anexo de la nunciatura apostólica, se encontraron fragmentos de huesos humanos”, anunció Greg Burke.

La fiscalía italiana abrió inmediatamente una investigación y ordenó a la policía científica que establezca la edad y el sexo de los huesos descubiertos, así como la fecha y el motivo de la muerte.

Verdad y justicia

“Esperamos noticias más precisas en los próximos días” , comentó Pietro Orlandi, hermano de la víctima, quien no ha cesado de pedir justicia. Emanuela Orlandi, que tenía pasaporte Vaticano, hoy en día tendría 50 años.

En 1983 además de Orlandi, otra adolescente desapareció misteriosamente en Roma, Mirella Gregori, por lo que se podría tratar también de sus huesos.

“Los investigadores y la Santa Sede deben decirnos cómo se encontraron esos huesos y por qué su descubrimiento está relacionado con la desaparición de Emanuela Orlandi o Mirella Gregori”, aseguró Laura Sgró, otra abogada de la familia Orlandi.

El Vaticano asegura que siempre ha colaborado con la justicia y no ha relacionado el descubrimiento de los huesos con los nombres de las niñas desaparecidas. Poco después de su elección como pontífice en 2013, el papa Francisco estrechó durante una audiencia la mano de Pietro Orlandi, quien contó a la prensa que el papa le dijo al oído que Emanuela “estaba en el cielo”.

La nunciatura apostólica, rodeada por un vasto parque, fue donada a la Santa Sede en 1949 por un empresario judío como forma de agradecimiento por haber salvado la vida de muchos judíos durante la Segunda Guerra Mundial.

No se trata de la primera vez que la policía italiana sigue una pista para encontrar el cuerpo de Orlandi. En 2012 expertos forenses exhumaron el cuerpo del famoso jefe de la banda de la Magliana, quien había sido enterrado inexplicablemente en una iglesia del Vaticano que estaba al lado de la escuela de música a la que acudía Orlandi.

Se trataba de Enrico De Pedis, cuya amante sostenía que había secuestrado y asesinado a la niña por orden del jefe del banco del Vaticano, socio clave del quebrado banco Ambrosiano.

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