La ministra de Transportes, Elisabeth Borne, denunció, sin dar nombres, que “algunos quieren politizar el debate” con afirmaciones falsas como que la reforma de la estatal Sociedad Nacional de Ferrocarriles (SNCF) conducirá a su privatización.
“La SNCF es una empresa pública y seguirá siendo una empresa pública”, subrayó en una entrevista al canal de televisión BFMTV Borne, que reconoció que el tráfico de trenes está muy afectado en esta primera de las 36 jornadas de paro convocadas de forma alterna hasta finales de junio.
Señaló que hace un mes que abrió una concertación con los sindicatos, que se debe prolongar un mes más, y que la semana pasada hizo concesiones al retrasar la apertura a la competencia en las líneas regionales y de cercanías, al tiempo que se quejó de que “los sindicatos no se han movido”.
La responsable de Transportes recordó que su intención es incrementar en un 50% las inversiones en la renovación de las infraestructuras ferroviarias, pero también que la reforma es necesaria porque la deuda de la SNCF, de casi 50.000 millones de euros, “amenaza el sistema ferroviario”.
Destacó que esa deuda se incrementa cada año en 3.000 millones de euros y que la empresa tiene que pagar 1.500 millones para financiarla cada año. Respecto al punto que suscita más protestas por parte de los empleados de la SNCF, la supresión para los futuros contratados del estatuto laboral de la compañía -que contiene ventajas sobre el régimen general de los trabajadores en Francia-, lo justificó por “una cuestión de igualdad” y de competitividad.
Sobre esa última cuestión, señaló que las empresas que en el futuro compitan con la SNCF no tendrán que aplicar ese estatuto a sus asalariados y eso les daría una ventaja.
Según los datos de la propia dirección de la compañía, un 48% de sus empleados se ha declarado hoy en huelga, porcentaje que llega al 77% de los conductores, lo que ha obligado a anular siete de cada ocho trenes de alta velocidad (TGV), y cuatro de cada cinco regionales o cercanías
Desde los sindicatos, Philippe Martínez, secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT, principal central de la SNCF), afirmó que los huelguistas no están en paro “por gusto” sino porque el Ejecutivo “no quiere escuchar”.
Preguntado en una entrevista por la emisora France Inter sobre si su voluntad es organizar una huelga dura, Martínez contestó que “estamos obligados a llegar a eso por culpa del Gobierno” . Tras subrayar que la movilización hoy es “muy masiva” , reclamó una revisión de la reforma presentada el 26 de febrero por Borne y por el primer ministro, Édouard Philippe, que anunciaron su voluntad de aprobarla por decreto.
El líder de la CGT, sobre todo, dudó de las intenciones del Ejecutivo al convertir la SNCF en una sociedad de acciones: “¿Qué garantía tenemos de que no habrá privatización?”.