Y es que en la madrugada de hoy, tras numerosas horas de negociación, el Gobierno y la Federación Colombiana de Educadores (Fecode) llegaron a un acuerdo preliminar en torno al aumento salarial y al examen de calidad al que deben someterse los educadores.
Las dos propuestas clave que desbloquearon el diálogo fueron un alza salarial del 12 % para los maestros y un cambio en el sistema de evaluación para los docentes, que a partir de ahora serán calificados por otros educadores independientes mientras se da clase y no a través de una prueba escrita.
Ambas medidas fueron explicadas por la ministra de Educación, Gina Parody, y por Fecode en varias intervenciones públicas y documentos divulgados a la prensa.
Sin embargo, en la marcha que recorrió hoy las calles de Bogotá, los maestros afirmaron estar insatisfechos con el arreglo alcanzado.
“ No estamos de acuerdo con el preacuerdo porque (los negociadores de ambas partes) no han sido claros en los puntos, no especifican cómo van a hacer esos pagos ” , manifestó a Efe Carolina Fonseca, maestra en el departamento de Cundinamarca (centro) .
En su opinión, se trata de “ una trampa ” porque el Gobierno “ no está cumpliendo ” para mejorar la calidad de la enseñanza pública, que actualmente “ es una educación de pobres para pobres ” .
Los asistentes a la protesta portaron carteles de rechazo a lo acordado que rezaban “ La parodia educativa ” , un juego de palabras en alusión al nombre de la ministra Parody, y otros con expresiones de rechazo a la nivelación salarial del 12 %.
Fecode tenía previsto someter el acuerdo alcanzado con el Gobierno a una votación de sus bases que decidirán si levantan o no la huelga.
El resultado de esa votación parece difícil de predecir ante la división abierta entre los maestros, que deben determinar si terminan con un paro que ha dejado a cerca de nueve millones de niños sin acudir a la escuela o continuar la huelga ante una posibilidad aparentemente escasa de obtener mayores aumentos salariales.
La huelga, que se inició el pasado 22 de abril, ha dejado en un laberinto al Gobierno del presidente Juan Manuel Santos, quien ha hecho de la educación uno de los tres pilares de su segundo mandato (2014-2018) junto a la consecución de la paz y la equidad.
Para apuntalar ese proyecto, el Ejecutivo destinó este año al área educativa una partida de 29,4 billones de pesos (unos 12.100 millones de dólares) , lo que supone un 7,5 % más que lo asignado para 2014.
A esta disyuntiva, en la que los maestros de educación primaria y secundaria reclaman aumentos salariales, se suma una coyuntura económica lastrada por la caída del precio del petróleo que tiene un efecto directo sobre las cuentas del país, tal y como recordó el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, al justificar el porqué no se puede dar un aumento mayor.
Actualmente, según datos de Fecode, los maestros ganan entre 1,3 millones de pesos (unos 540 dólares) y 2,3 millones de pesos (unos 965 dólares) en promedio.
En referencia al examen de conocimientos que los profesores deben aprobar para ascender que, según Fecode, se basa en parámetros injustos, los negociadores del Gobierno plantearon fórmulas para modificarlo para poder llegar a un acuerdo que permita el fin de la huelga.
La víspera, Santos dijo en el discurso de entrega del Premio Innova 2014 que esta prueba es “ fundamental para poder progresar y para poder tener mejor calidad en la educación ” y añadió que, en caso de no hacer esos exámenes, Colombia se va a quedar atrasada en materia de educación “ de por vida ” .