El director adjunto para Oriente Medio de esta organización, Nadim Houry, exigió en un comunicado que “el Consejo de Seguridad de la ONU y los firmantes de la Convención de armas químicas respondan con firmeza a lo que representa una violación de este tratado” firmado por Siria.
Según HRW, los seis ataques se produjeron entre el 16 y el 31 de marzo en la provincia de Idleb: tres contra la localidad de Sermin, uno contra la ciudad de Idleb, uno contra Qmenas y otro contra Binish, matando a una persona en Sermin y afectando a más de 200.
Todos los ataques fueron dirigidos contra zonas controladas por grupos rebeldes armados, en la batalla por la conquista de Idleb llevada a cabo por el Frente Al Nusra, rama siria de Al Qaida, y otros grupos islamistas.
HRW recordó que el 6 de marzo el Consejo adoptó una resolución que condenaba el empleo de gas de cloro como arma química en el conflicto sirio, aunque no designó culpables. El organismo “decidió”, en caso de no respetarse las resoluciones precedentes sobre las armas químicas sirias, “tomar medidas conforme al capítulo 7 de la carta de la ONU”, que prevé sanciones e incluso el uso de la fuerza para hacer aplicar sus decisiones.
“El gobierno sirio parece burlarse una vez más del Consejo de Seguridad y del derecho internacional, y el Consejo no debe perder tiempo antes de intervenir y presionar al gobierno para que cese” en el uso de armamento químico, insistió el responsable de esta ONG.