El presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, anunció este sábado que su gobierno está pendiente de una autorización de Estados Unidos para enviar una misión a interceder por los miles de niños migrantes detenidos en ese país, al que iban a buscar a sus padres o huyendo de la violencia.
“Se le solicitó a Estados Unidos la autorización para que una comisión de autoridades hondureñas encabezada por mi esposa, Ana García, de esta fuerza de tarea pudiera hacerse presente cuanto antes” en las zonas donde están los niños, dijo Hernández en rueda de prensa.
Indicó que el gobierno, a usanza de los militares, integró una “fuerza de tarea”, integrada también por personal de cancillería, ministerio de Salud, justicia y derechos humanos, entre otras instituciones.
“La idea era (que la fuerza de tarea) saliera hoy o mañana (domingo); está pendiente la autorización, cuando eso ocurra de inmediato este equipo saldrá”, hacia Estados Unidos, añadió el mandatario.
Indicó que la intención de la misión es “verificar en el sitio que nuestros niños están atendidos debidamente y dejar claro que el interés primario es el niño”.
Cifras estadounidenses indican que del 1 de octubre de 2012 al 30 de septiembre de 2013 fueron interceptados 24.493 menores que ingresaron clandestinamente a Estados Unidos -sin la compañía de un adulto- procedentes de Honduras, El Salvador y Guatemala.
En los ocho meses siguientes la cifra se incrementó a más de 47.000, un fenómeno que el presidente Barack Obama ha calificado de crisis humanitaria.
El problema fue abordado en una reunión el viernes en Guatemala durante una visita del vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, con los presidentes de Guatemala, Otto Pérez, y de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, el secretario de Gobernación de México, Miguel Angel Osorio, y la canciller de Honduras, Mireya Agüero.
Biden manifestó que Washington entiende que la pobreza y la violencia son las principales causas de esa oleada migratoria, pero fue tajante en que la solución del problema no pasa por que Estados Unidos acepte el ingreso de esa población.
El vicepresidente subrayó que los niños que lleguen a su país carecen de beneficios migratorios. Los gobernantes centroamericanos pretenden que impere el principio de reunificación familiar, que es uno de los principales móviles de la ola migratoria.