“Hizbulá no tiene nada que hacer en Irak”, afirmó Sucarieh en una entrevista al periódico libanés Al Yumuria, en la que añadió que lo que está sucediendo en ese país “ supera las capacidades del partido ” .
El diputado chií instó a poner fin a la organización extremista que lidera a los insurgentes suníes en su avance desde el norte hacia Bagdad, el Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL).
“Los acontecimientos en Irak repercutirán fuertemente en la situación regional y en las políticas adoptadas por algunos Estados, en especial EEUU”, señaló Sucarieh, quien añadió que “en el Líbano la situación estará estable siempre y cuando los partidos políticos se pongan de acuerdo para evitar la entrada del EIIL al país”.
Hizbulá ha enviado combatientes a Siria, donde luchan junto a las tropas del presidente Bachar el Asad. Ayer, el Consejo de Seguridad de la ONU envió su “apoyo unánime” al Gobierno de Irak en su lucha contra el terrorismo, aunque le urgió a recuperar la unidad nacional y no trató una posible intervención externa.
El pasado martes, los insurgentes suníes se hicieron con el control de la ciudad de Mosul, capital de la norteña provincia de Nínive.
El Ejército iraquí, que combate para frenar su avance hacia el sur, ha perdido también el control de las ciudades de Tikrit, capital de la provincia de Salahedín -escenario de duros combates-, y Kirkuk, en el Kurdistán iraquí, en manos de las tropas kurdas ("peshmergas").
El EIIL, que pretende crear un emirato islámico en ese país y en Siria, ha amenazado con proseguir “sus conquistas” en Irak y avanzar hacia Bagdad y las ciudades santas chiíes de Kerbala y Nayaf.