Hijo de Trump navega las turbulentas aguas del delito por la trama rusa

WASHINGTON. El primogénito del presidente de EE.UU., Donald Trump, conocía los supuestos intentos de Rusia de beneficiar a su padre en las elecciones y no los reveló.

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Esto podría demostrar la colusión con un adversario extranjero y constituir un delito electoral capaz de remecer los cimientos de la Presidencia.

Donald Trump Jr. no solo no tuvo reparos sino que se mostró “encantado” con la posibilidad de que el gobierno ruso quisiera ayudar a la victoria electoral de su padre, según le contó a un amigo con vínculos empresariales con la Organización Trump y Rusia.

Las agencias de inteligencia estadounidenses consideran probado que los rusos intentaron interferir por varios medios en el resultado electoral y con las nuevas revelaciones parece que también intentaron endulzar ofreciendo escándalos secretos a la campaña de Trump.

En junio del año pasado, Rob Goldstone, un publicista británico que trabajó en 2013 en la versión moscovita de Miss Universo -una de las propiedades de Trump-, escribió unas líneas tóxicas: el fiscal general ruso “ ofrece proveer a la campaña de Trump con documentos oficiales e información que incriminaría a Hillary (Clinton) en negocios con Rusia y sería muy útil a tu padre”.

Donald Trump Jr., que ha revelado él mismo los correos electrónicos que intercambió con Goldstone ante la presión debida a la publicación de artículos que lo incriminaban, respondió: “Si es como dices, estaría encantado, especialmente a finales de verano”.

Solo esas dos partes del intercambio de mensajes previos a la reunión con “ una abogada del gobierno ruso ” pueden convertirse en la primera prueba sólida de confabulación de la campaña de Trump con el gobierno ruso para boicotear las opciones de la candidata demócrata, Hillary Clinton.

El hijo de Trump, que ahora no ocupa cargo público alguno, podría haber violado las leyes electorales que prohíben solicitar, “implícita o explícitamente”, compensación monetaria o en especias de un gobierno extranjero, más aún cuando éste es considerado adversario.

En la reunión del 9 de junio de 2016, revelada el sábado por el diario The New York Times, estuvieron presentes el asesor presidencial y yerno de Trump, Jared Kushner, y el entonces jefe de campaña de Trump Paul Manafort. En resumen, la cúpula de la campaña.

Dos días antes, ante la certeza de que se proclamaría candidato presidencial republicano, Trump realizaba un anuncio que hoy cobra un significado más amplio: que iba a hacer revelaciones sobre “los Clinton” con información “muy, muy interesante”.

El senador de Virginia Mark Warner aseguró que es “sorprendente que la reunión no se revelara antes y que sea la primera vez que el público tiene pruebas claras de que la campaña de Trump obtuvo información de un posible agente extranjero para interferir en la campaña de Hillary Clinton”.

La organización Common Sense presentó hoy una queja formal al Departamento de Justicia y a la Comisión Electoral Federal (FEC) para que investigue una posible violación de las leyes electorales por parte de la campaña de Trump al haber solicitado ayuda a un gobierno extranjero en forma de “investigación de campaña”.

El senador y líder demócrata del Comité de Inteligencia, Adam Schiff, evitó pronunciarse sobre si lo que hizo el hijo de Trump fue ilegal, pero aseveró que al menos es “irresponsable e inmoral”.

El también senador demócrata y excandidato a vicepresidente Tim Kaine aseguró que el asunto “ya va más allá de la obstrucción a la Justicia” y se acerca al perjurio, ya que el presidente ha negado repetidas veces que tuviera conocimiento de colaboración de su campaña con operativos rusos, algo que ahora no está fuera de cuestión.

Jen Psaki, portavoz del Departamento de Estado durante la anterior administración, consideró que aunque los correos electrónicos no muestran colusión directa, sí indican disposición a colaborar con Rusia.

En opinión de la profesora de derecho de la Universidad de Georgetown Victoria Nourse “los correos son una prueba clara de la intención de la campaña de prepararse para solicitar apoyo de un gobierno extranjero. Cualquier profesional de campaña habría llamado al FBI”.

Por su lado, Trump Jr., que dice haber publicado los mensajes para ser “totalmente transparente”, ha justificado su actuación con un ejercicio de sarcasmo: “Obviamente, soy la primera persona en una campaña que haya tenido jamás una reunión para escuchar información de un oponente”.

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