“Lamentablemente, el antagonismo hacia las focas a menudo proviene de la creencia errónea de que las focas comen grandes cantidades de peces apreciados para el consumo humano", señaló Andy Thompson, experto de Conservación, en un comunicado de hoy.
Thompson indicó que han presentado una denuncia debido a "la naturaleza perturbadora, brutal y violenta del crimen". Los cadáveres de los seis cachorros, de unos once meses de vida cada uno, aparecieron el lunes flotando en aguas de la península de Banks, situada a unos 30 kilómetros al sureste de Christchurch y donde se creó la primera reserva marina de Nueva Zelanda, en 1988.
Las autoridades creen que los animales fueron sacrificados en tierra y luego abandonados los cuerpos en el mar. Los guardabosques enterraron a tres y el resto ha pasado a la Universidad de Massey para que se efectúe la autopsia, indicó el Departamento de Conservación, que ha apelado a la población en busca de información que aclare el crimen.
La ley neozelandesa protege a los kenenos o lobos marinos de Nueva Zelanda, que frecuentan los fiordos neozelandeses, las Islas Chatham, las islas subantárticas y partes de Australia.