En forma similar a lo ocurrido el año pasado en las playas de la región Lambayeque, cuando se encontraron 800 delfines muertos, los especialistas de Imarpe acudieron a investigar la presencia de los restos de lobos marinos (otáridos) y delfines reportada por pescadores en la playa Bodegones, en la misma región del norte peruano.
El ministerio de la Producción detalló, en una nota de prensa, que se ha observado la presencia de 12 delfines comunes, uno de los cuales estaba en estado de descomposición avanzado y el resto estaban esqueléticos, con lo cual se descartó que fuesen cadáveres recientes.
Asimismo, los especialistas del Imarpe contaron 35 lobos marinos chuscos, más grandes que los finos y con un hábitat en todo el litoral, 30 de los cuales estaban en estado de descomposición, cuatro esqueléticos y uno agonizante.
El Instituto del Mar del Perú señaló que las características de estas playas, como baja profundidad e intenso oleaje, ocasionan un movimiento importante de sedimentos entre la zona de rompiente y la orilla, generando condiciones propicias para el 'varamiento' (arrastre) de animales muertos hacia la orilla.
Sin embargo, “resulta poco usual la presencia de un número importante de lobos marinos sin señales externas de daño o lesiones producto de la interacción con la pesca”, agregó la fuente.
A inicios del año pasado, la Organización Científica para Conservación de Animales Acuáticos (ORCA) denunció que la muerte de los delfines en Lambayeque se debía a una “burbuja marina”, una bolsa acústica que se forma al utilizar en la profundidad del mar los equipos para buscar petróleo.
La investigación realizada entonces por Imarpe no pudo determinar las causas de estas muertes, pero descartó que hubiese relación directa con actividades humanas como la pesca y la exploración petrolera en esa zona.