En la favela, cuenta Porcina, el 80% de los vecinos votan por el Partido de los Trabajadores (PT), la formación que Luiz Inácio Lula da Silva creó en la década de 1980, cuando todavía era un sindicalista que lideraba huelgas en las fábricas de São Paulo.
En la Calle de las Lágrimas, una de las principales de esta comunidad de más de 100.000 habitantes, se habla sobre todo de Haddad y del legado dejado por el PT después de 13 años de Gobierno truncados en 2016 con la destitución de la presidenta Dilma Rousseff. "Las grandes conquistas en Heliópolis tienen la mano del PT", cuenta a Efe Georahanna Barbosa, una líder comunitaria transgénero y quien coordina un movimiento LGBT. Barbosa "teme" la victoria del ultraderechista Jair Bolsonaro, favorito en los sondeos para vencer los comicios presidenciales del domingo, y le considera "un atraso, no solo para los LGBT, sino para todo el país".
"Tengo mucho miedo. En cualquier momento podemos llevar un tiro en la cabeza y las cosas van a empeorar", advierte Barbosa sobre la vulnerabilidad del colectivo en uno de los países del mundo con mayor número de asesinatos de homosexuales.
Desde una de las callejuelas de la favela, la vendedora de fruta Perpetua Coelho observa la caminata protagonizada por Haddad y sus seguidores en el último acto de campaña antes de las elecciones.
Ella votará por el exalcalde de São Paulo porque Bolsonaro, dice, "humilla" a los negros y a la gente del empobrecido noreste, como ella. Cree que la vida en la favela ha mejorado en la última década, pero cuando se le pregunta por la violencia pasa los dedos por la boca haciendo el símbolo de la cremallera.
A pocos metros, en un pequeño comercio de alimentación, Valmir Francisco da Silva asegura que la mayoría de los vecinos de esta barriada apoya al PT y si lo hace por el ultraderechista, precisa, "no se asume públicamente".
Sobre las paredes rojas de su negocio ha colgado diversos carteles que alertan sobre los "riesgos" para los trabajadores en caso de una victoria de Bolsonaro, un capitán de la reserva del Ejército nostálgico de la dictadura militar (1964-1985) y polémico por sus declaraciones incendiarias.
En una de las tantas peluquerías abiertas en una calle vecina a las Lágrimas, Douglas Santos, de 23 años, dice que todavía no ha decidido su voto, aunque se siente más identificado con el programa de Bolsonaro, principalmente por el tema de la seguridad, un asunto delicado en las favelas de Brasil.El ultraderechista ha prometido mano dura contra el crimen y ofrece como receta liberar la venta de armas para todos los "ciudadanos de bien", la reducción de la edad de responsabilidad penal de 18 a 16 años y penas más duras para los delincuentes.
El joven Matheus Galdino, del movimiento Derechas Sao Paulo, también es vecino de Heliópolis y afirma orgulloso que votará por Bolsonaro porque es "conservador", como "la mayoría de la sociedad brasileña", que está "contra los bandidos y a favor de la familia".
Brasil "es un país pacífico, que aprecia la democracia, cosa que Haddad no representa de ninguna de ninguna manera", afirma Galdino.
Cleyton, por su parte, se declara "anarquista" y asegura que mucha cosa mejoró en los últimos años en Heliópolis, especialmente el combate a la violencia, pero afirma que todavía hay frentes abiertos, como el saneamiento público y la vivienda. "Yo no voto, solo observo, pero aquí a los políticos solo los vemos en año de elección", subraya.
En un edificio al lado de una peluquería, mientras pasan los seguidores de Haddad en manifestación, una frase escrita en un cartel parece reflejar el discurso del candidato, que se resiste a la derrota que la auguran las encuestas: "Soñar, nunca desistir, tener fe. No es fácil, ni lo va a ser".