“No queremos que se tomen medidas de choque ni sea traumático para la población, lo cual agrega también complejidad al proceso” de unificación, dijo Murillo en presencia del presidente Raúl Castro, en la primera sesión anual ordinaria del Parlamento, de 612 diputados.
En Cuba circulan desde hace dos décadas dos monedas, el peso cubano o CUP, en el que se pagan los salarios y los principales servicios, y el peso convertible o CUC, equivalente al dólar (25 CUP), que se usa en la compra de los productos y servicios liberados.
La doble moneda en un país donde el salario promedio mensual es de 20 dólares genera crispación y desigualdad social, así como fuertes distorsiones en la economía.
El gobierno anunció en octubre de 2013 la puesta en marcha del proceso de unificación monetaria, cuyas fechas y pasos no reveló, y sólo aseguró que comenzaría en el sector empresarial estatal para después seguir en toda la economía.
“Se trabaja en el cronograma con tareas muy complejas, técnicamente muy complejas”, dijo Murillo, arquitecto de las reformas de Raúl Castro, aprobadas por el VI Congreso del Partido Comunista (único) en abril de 2011.
El anuncio del inicio del proceso provocó inquietud en la población, alimentada por la ausencia de información.
Murillo, quien es vicepresidente del Consejo de Ministros y miembro del selecto Buró Político del Partido, prometió este sábado que la unificación monetaria no va a causar “incrementos de precios”.
“No va a tener efecto la unificación monetaria, de cara a las personas (con) incrementos de precios”, expresó, asegurando que también se respetarán los depósitos bancarios y ahorro en efectivo de los cubanos en este proceso.
“La gente tiene que confiar en el banco”, dijo.