“Las delegaciones del gobierno y el ELN hemos acordado instalar el día 27 de octubre en Quito, Ecuador, la mesa pública de conversaciones” , señaló una declaración leída en Casa Amarilla, sede de la cancillería venezolana, por el jefe de la delegación insurgente Pablo Beltrán. Previo al inicio de la etapa de negociaciones, el Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista) -segunda guerrilla colombiana después de las FARC- se comprometió a liberar a dos secuestrados.
“Además, cada una de las partes hará, a partir de la fecha, otras acciones y dinámicas humanitarias para crear un ambiente favorable para la paz” , añadió el comunicado suscrito por cuatro delegados del gobierno y cinco del ELN. Una fuente cercana al diálogo indicó a la AFP en Bogotá que esos gestos podrían incluir la liberación de algunos presos de la insurgencia.
Horas antes del anuncio, el ELN entregó al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) a un hombre identificado como Nelson Alarcón, a quien mantenía secuestrado desde hacía tres meses. Es el tercer civil liberado por el ELN en las últimas dos semanas.
En Bogotá, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, dijo que, ahora, la paz “será completa” tras los acuerdos previos con las FARC. “Hemos venido buscando, desde hace cerca de tres años, una negociación para acabar también el conflicto armado” con el ELN, afirmó en una locución televisada desde la presidencial Casa de Nariño.
La fase pública de negociación arranca luego de que el pasado 30 de marzo gobierno y guerrilla anunciaran, también en Caracas, el inicio de un proceso de paz cuyos garantes serán Brasil, Cuba, Chile, Ecuador, Noruega y Venezuela, cuyos buenos oficios agradecieron este lunes.
Aun cuando entonces señalaron que la mesa de negociación sería instalada semanas más tarde en Ecuador, el proceso quedó en suspenso ante la exigencia del gobierno de que el ELN liberara a todos los secuestrados en su poder.
Si bien se desconoce el número exacto de cautivos del ELN, fuentes oficiales estiman que al menos una persona sigue retenida por este grupo: el excongresista Odín Sánchez, quien se entregó en abril a la guerrilla a cambio de su hermano enfermo. Fuentes cercanas a ambas partes dijeron más temprano a la AFP en Bogotá que “en poco tiempo no habrá más civiles en manos de la guerrilla” .
Anticipando el arranque de las negociaciones, el jefe máximo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas) , Rodrigo Londoño (Timochenko) , deseó “éxitos” al ELN. “#DelegaciónELNPaz cuenta con nuestro respaldo militante y solidario. Muchos éxitos en ese proceso que hoy inician” , escribió Londoño en Twitter.
El anuncio entre el ELN y el gobierno de Santos se da una semana después de que los colombianos rechazaran en un plebiscito el acuerdo de paz pactado por el gobierno y las FARC, la principal y más antigua guerrilla del país, tras casi cuatro años de negociaciones en Cuba.
Colombia vive un conflicto armado que ha enfrentado durante más de medio siglo a guerrillas, paramilitares y agentes de la fuerza pública, con saldo de unos 260.000 muertos, 45.000 desaparecidos y 6,9 millones de desplazados. Las tratativas con la guerrilla guevarista girarán en torno a seis puntos: participación de la sociedad civil en la construcción de la paz, democracia para la paz, transformaciones para la paz, víctimas, fin del conflicto armado e implementación de los acuerdos.
El proceso con el ELN se concretó tras una fase de diálogos exploratorios que se llevó a cabo entre enero de 2014 y marzo de 2016 en Ecuador, Brasil y Venezuela. Fundado en 1964 bajo la influencia de la revolución cubana y la Teología de la Liberación, el ELN tiene unos 1.500 combatientes en sus filas pero cuenta con una amplia red de apoyo de milicianos y simpatizantes en todo el país, según fuentes oficiales.
Las tentativas de paz han avanzado sin un alto al fuego -a lo que se ha opuesto Santos por considerar que podría fortalecer a la agrupación. El conflicto colombiano, que comenzó como una sublevación campesina en los años 1960, ha enfrentado durante más de 50 años a guerrillas de izquierda, paramilitares de derecha y fuerzas públicas y deja 260.000 muertos, 45.000 desaparecidos y 6,8 millones de desplazados