El ministro boliviano de Gobierno, Carlos Romero, calificó hoy de “ escandaloso ” el uso indiscriminado de armas en enfrentamientos entre sectores sociales, sobre todo en el área rural, y lo atribuyó a la falta de una ley que permita regular esa situación.
“ Hay que establecer una regulación del uso y tenencia de armas, esa regulación debe ser muy restrictiva ” , señaló Romero a la red de televisión Uno.
En ese marco, anunció que su ministerio y el de Defensa, junto con las Fuerzas Armadas, están trabajando un proyecto de ley para controlar el ingreso, la venta y la tenencia de armas, que será presentado dentro de 10 días al Parlamento.
Será una norma que establezca el uso estricto de las armas solo para la Policía y las Fuerzas Armadas, aunque también se permitirá en algunas actividades específicas, como la cacería deportiva.
En los últimos meses ocurrieron conflictos por diversas razones como, por ejemplo, las disputas por el control de minas, en los que los civiles usaron armamento entre ellos causando heridos.
El más reciente enfrentamiento armado se produjo el miércoles por un conflicto de límites municipales entre campesinos de los pueblos potosinos de Pocoata y Colquechaca, con un saldo de cuatro heridos, dos de ellos menores de edad de 14 y 15 años, confirmó hoy Romero.
Detalló que el de 14 años recibió un impacto de bala en el tórax y es el más grave de los heridos, mientras que el de 15 se fracturó el hombro como consecuencia de un disparo.
El Gobierno envió a la zona a 50 policías acompañados de fiscales, que han logrado que ambos grupos comiencen a dialogar.
La semana pasada, otras dos personas resultaron heridas de bala en un conflicto entre mineros e indígenas también de Potosí, por el control de la mina de plata Mallku Khota.
El Gobierno del presidente Evo Morales aplicó en 2008 un plan de desarme de civiles, luego de que el grupo de indígenas aimaras del altiplano andino conocido como los “ Ponchos Rojos ” participara en un desfile exhibiendo antiguos fusiles Mauser.
Esas armas, que provienen de la Guerra del Chaco (1932-1935) que enfrentó a Bolivia y Paraguay, estaban en poder de los campesinos aimaras desde la Revolución de 1952 y algunas fueron devueltas hace dos años al Estado.