La tradicional misa comenzó a las 21H30 hora local (20H30 GMT) y duró menos de dos horas, durante las cuales el Papa pronunció una homilía sobre el significado del nacimiento de Jesús para los cristianos.
El sumo pontífice, con mitra, hábito blanco y gesto serio, entró en procesión seguido por los cocelebrantes, 30 cardenales, 40 obispos, 250 sacerdotes y 14 diáconos.
Durante la ceremonia, transmitida en directo por televisión a 65 países, el primer papa latinoamericano invitó a reflexionar sobre “las luces y las tinieblas” que azotan al mundo y a nosotros mismos.
“También en nuestra historia personal se alternan momentos luminosos y oscuros, luces y sombras. Si amamos a Dios y a los hermanos, caminamos en la luz, pero si nuestro corazón se cierra, si prevalecen el orgullo, la mentira, la búsqueda del propio interés, entonces las tinieblas nos rodean por dentro y por fuera” , advirtió.
“Esta noche, cuando el espíritu de las tinieblas cubra el mundo, se renueva el acontecimiento que siempre nos asombra y sorprende: el pueblo en camino ve una gran luz, Jesús vino a liberarnos de las tinieblas y a darnos la luz”, explicó.
La misa comenzó con el canto en latín de la “Kalenda”, que recapitula la espera del advenimiento de un mesías en el Antiguo Testamento, tras lo cual la basílica fue iluminada para simbolizar el anuncio del nacimiento de Jesucristo.
El coro de la Capilla Sixtina, que cuenta con 80 integrantes, acompañó la procesión de los celebrantes con el canto del “Gloria” y las campanas de San Pedro repicaron para anunciar el nacimiento del Niño Jesús.
Francisco recordó también a “los últimos y a los marginados”, prioridad en lo que va de su breve pontificado de nueve meses.
El papa argentino recordó que fueron justamente los “últimos y marginados” los primeros que entendieron el alcance para la humanidad del nacimiento de Jesús, considerado el Hijo de Dios para los católicos y cristianos.
“Jesús ha puesto su tienda entre nosotros. Los pastores fueron los primeros que vieron esta ’tienda’, que recibieron el nacimiento de Jesús. Fueron los primeros porque eran de los últimos, de los marginados”, dijo.
A los miles de peregrinos y turistas que asistieron a la solemne misa en el mayor templo del catolicismo, el Papa les instó a “no temer”, porque “nuestro Padre tiene paciencia con nosotros, nos ama, es la luz que disipa las tinieblas”.
Al término de la eucaristía, el sumo pontífice depositó la imagen del Niño Jesús en un pesebre instalado dentro de la basílica vaticana y un grupo de 10 niños, en representación de los cinco continentes, depositó flores como homenaje a la encarnación de Dios, según los cristianos.
El papa Francisco, que brega por una iglesia pobre para los pobres, impartirá el miércoles 25 su primera bendición navideña desde el balcón de la basílica de San Pedro y divulgará su mensaje “Urbi et Orbi”, con el que los papas suelen llamar a la paz .
Francisco leerá su mensaje desde la logia central, la misma desde donde se asomó el 13 de marzo tras su sorprendente elección al trono de Pedro.
El líder de 1.200.000 católicos lanzará con probabilidad pedidos a favor de las personas más débiles, como las víctimas de guerras, de violencia y pobreza, y seguramente mencionará conflictos como el de Siria, Sudán del Sur, Medio Oriente y también los desastres sociales que la crisis económica ha causado en el viejo continente.
En Belén, la ciudad donde según la tradición nació Jesús, el patriarca latino de Jerusalén, monseñor Fuad Twal, la mayor autoridad católica romana en Tierra Santa, abogó por una “solución justa y equitativa” del conflicto israelo-palestino y por la reconciliación en Oriente Medio, en su homilía de Navidad.
Monseñor Twal ofició la tradicional Misa de Gallo en Belén, ciudad autónoma de Cisjordania, en presencia del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, y de la jefa de la diplomacia europea Catherine Ashton, que se encuentra en una visita privada en la localidad.
Dirigiéndose al presidente Abas, el patriarca oró por él para que pueda “hallar una solución justa y equitativa para el conflicto actual, para la unidad entre los palestinos” y “por la paz y la prosperidad de vuestro país” .
Este año, las difíciles perspectivas de las negociaciones de paz entre Israel y los palestinos auspiciadas por Estados Unidos ensombrecen la celebración navideña en Belén.
Pese al clima tenso, Tierra Santa se prepara a acoger a Francisco en mayo próximo, un viaje programado pero que no ha sido oficialmente confirmado.