“El conjunto de los servicios del Estado encargados de la seguridad de los puntos de importancia vital (Interior, Energía, Medioambiente, Defensa) se movilizaron desde el inicio de los vuelos para identificar a los responsables de estos actos y ponerles fin”, declaró la Secretaría General para la Defensa y la Seguridad Nacionales (SGDSN), una instancia dependiente del primer ministro, Manuel Valls.
Interrogado por la AFP, un consejero de Valls afirmó no obstante que el “Estado no comunicará sobre los detalles de las medidas de protección ni sobre la estrategia seguida” para no comprometer la seguridad.
El misterio rodea la reciente multiplicación de los vuelos que realizan unos pequeños drones sobre sitios nucleares, alimentando el debate sobre la seguridad de las instalaciones en un país que cuenta con 58 reactores repartidos entre 19 centrales.
Desde el 5 de octubre, se registraron una quincena de vuelos, todos ellos operados por la noche o temprano por la mañana. Los últimos se produjeron el viernes.
Las centrales nucleares francesas están “concebidas para resistir a cualquier amenaza a bordo” de los drones, dijo el domingo el SGDSN, después de que las autoridades fueran acusadas por Greenpeace y los ecologistas de “minimizar el riesgo”.
Un vuelo organizado y simultáneo “no representa forzosamente un peligro”, declaró por su parte el consejero del primer ministro para explicar que no “haya habido una orden específica de disparar” sobre los drones.
Sobrevolar las centrales nucleares, prohibido en Francia en un perímetro de 5 km y de 1.000 metros de altitud a su alrededor, puede acarrear un año de cárcel y de 75.000 euros de multa.