Reconoció, sin embargo, que hay grupos armados que están ejerciendo “presión” sobre los musulmanes.
“No hay limpieza étnica”, afirmó al ser preguntado en una entrevista a la emisora de radio Europe 1 Soriano, que a continuación reconoció que la población musulmana “sufre una presión”, sobre todo de ciertos grupos armados que ha provocado desplazamientos dentro del país. El general se mostró convencido de que la situación es reversible y de que “la seguridad devolverá esas poblaciones a sus casas”.
Insistió en que “por ahora la principal amenaza son las milicias armadas” y por eso el primer objetivo de la misión internacional es desarmarlas. A ese respecto, indicó que hace un par de días las tropas francesas destruyeron una decena de toneladas de municiones.
Soriano explicó que una parte de los refuerzos decididos por el presidente francés, François Hollande -que ha dado su visto bueno para que el número de militares pase de 1.400 a 2.000- ya han llegado desde Chad y desde Yibuti.
En cuanto a si seguirán siendo insuficientes, el comandante del destacamento francés admitió que teniendo en cuenta la dimensión de la República Centroafricana y la situación del país, “hay grandes necesidades de seguridad”.
Pero subrayó que los otros países europeos, que inicialmente iban a enviar a 500 militares, han aceptado doblar esa cifra, y que los africanos de la MISMA van a ser 6.000.
El general francés insistió en su demanda de gendarmes que “son indispensables, sobre todo en Bangui”, la capital, donde según su análisis se ha finalizado “la misión militar” que debe ser reemplazada por otra “de policía”.
Los diputados franceses deben pronunciarse mañana por una prolongación del mandato de sus soldados en la República Centroafricana por cuatro meses más.