Frente al 43 por ciento de encuestados que le definieron como “sincero” el pasado abril en un sondeo similar realizado por el instituto demoscópico Ifop, solo un 29 por ciento de los 996 preguntados entre los pasados 15 y 17 de enero aseguraron verle como tal.
El instituto ofreció a los franceses una serie de definiciones para que estos indicaran si las mismas se le podían aplicar “bien o mal” a Hollande, y aunque la que mayor apoyo recibió fue la de simpático, con un porcentaje del 45 %, esta cayó siete puntos respecto a abril.
Registraron también los mayores descensos los que creen que está cercano a las preocupaciones de los franceses (23%, 7 puntos menos), los que le ven como “competente”, (22 %, 5 puntos menos), y los que piensan que defiende los intereses del país, entre los que hubo una caída de 4 puntos, hasta el 33 por ciento.
Aunque solo un 19 y un 13 por ciento consideran que Hollande “sabe adónde va” y que “tiene autoridad”, esos porcentajes son similares a los anotados el pasado abril, con tan solo un retroceso de un punto porcentual.
El director de Opinión de Ifop, Jérôme Fourquet, recalca en una entrevista concedida a la web “atlantico.fr” que aunque la imagen de Hollande ya estaba en niveles muy bajos antes de que el pasado viernes se conociera esa presunta relación, los calificativos de carácter personal son los que más han caído.
Pero el prisma global para analizar esa degradación, según el experto, es principalmente político, con el cambio de rumbo político y la aceleración, según esa web, de “su inclinación socialdemócrata”.
La supuesta relación de Hollande con Julie Gayet fue destapada el viernes pasado por la revista “Closer”, que este viernes añadió en una nueva exclusiva que sus encuentros comenzaron en 2011, antes de la llegada del jefe del Estado al Elíseo, donde reside con su pareja oficial, Valérie Trierweiler.