Forenses holandeses examinan los cadáveres del avión malasio

UCRANIA. Un grupo de especialistas forenses holandeses llegó a la localidad de Torez, en la región ucraniana de Donetsk, donde está el tren frigorífico en el que se han depositado la mayoría de los cadáveres de los pasajeros del avión malasio siniestrado.

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Según informaron a Efe testigos que se encuentran en la estación de tren, los tres especialistas holandeses abrieron los vagones para examinar los cuerpos en presencia de la misión de la OSCE en Ucrania, encabezada por el suizo Alex Hug.

Ahora, negocian con los rebeldes prorrusos el traslado del tren a la ciudad de Járkov, la más importante del este de Ucrania, donde se procedería a su identificación y serían visitados por los familiares de las 298 víctimas de la catástrofe. En cambio, los rebeldes parecen preferir el traslado del tren a la ciudad costera de Mariupol (mar Negro).

Sea como sea, los expertos internacionales ya se encuentran en Járkov, adonde llegaron 14 de ellos abordo del avión del presidente ucraniano, Petró Poroshenko.

Además, otro avión con siete especialistas holandeses ha aterrizado en esa ciudad con equipos y depósitos para el traslado de cadáveres.

Los rebeldes, que se niegan a colaborar con las autoridades de Kiev, informaron el domingo que el tren permanecería estacionado en Torez hasta la llegada de expertos internacionales.

Según testigos, el médico holandés Peter Van Vilet expresó hoy su satisfacción por el estado de conservación de los cuerpos, que se encuentran a cero grados dentro de unos vagones herméticamente cerrados.

Los cuerpos fueron refrigerados la madrugada del domingo, más de 48 horas después del accidente, tras permanecer envueltos en sacos en las inmediaciones de la zona de la catástrofe, en la aldea de Grabovo.

El primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, informó de que los servicios de rescate han encontrado ya 271 cuerpos, de los que 251 se encuentran en los vagones en Torez.

Seguidamente, los holandeses acompañados por representantes de la OSCE se desplazaron a la zona cero de la catástrofe, donde los socorristas siguen buscando los restantes cadáveres y otras evidencias que ayuden a esclarecer las causas tragedia.

Algunas partes del Boeing-777, como es el caso de la nariz del aparato, se encuentran a varios kilómetros de Grabovo, en la localidad de Rasípnoye, en medio de un campo de girasoles.

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