El presidente surcoreano, Moon Jae-in, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, se sentaron frente a frente en la mesa ovalada de dialogo junto a dos acompañantes cada uno, en una reunión que comenzó a las 10:15 hora local (01:15 GMT), en el lado sur de la frontera entre ambos países que permanecen técnicamente en guerra.
Por parte norcoreana, a la izquierda de Kim se ha colocado su hermana, Kim Yo-jong, encargada de propaganda y consejera indispensable para el mariscal por lo visto en los últimos meses.
Ella se convirtió en febrero en el primer miembro de la dinastía Kim en pisar suelo surcoreano cuando viajó para estar en los Juegos Olímpicos de Invierno y poner en marcha las frenéticas rondas de actividad diplomática que han deparado la convocatoria de esta cumbre y de la que Kim tiene previsto mantener con Donald Trump en mayo o junio.
A la derecha del líder norcoreano se situó Kim Yong-chol, vicepresidente de la Comisión Central del partido único norcoreano, que también viajó recientemente al Sur para fomentar el acercamiento. Kim Yong-chol es considerado uno de los “halcones”, del régimen y se le ha acusado de haber orquestado el hundimiento (que dejó 46 marinos muertos) de una corbeta surcoreana en 2009, cuando era jefe de las operaciones de la inteligencia militar norcoreana.
Por su parte, Moon Jae-in ha contado a su lado con su jefe de gabinete, Im Jong-seok, y con el jefe del Servicio Nacional de Inteligencia (NIS) , Suh Hoon. Suh viajó personalmente en marzo a Pyongyang y a Washington, donde se reunió con Kim y Trump, respectivamente, y en ese sentido ha sido un enviado clave de Seúl para la convocatoria de las dos históricas cumbres.
Por su parte, Lim jugó un papel capital en el acercamiento con Pyongyang cuando aún era estudiante en los ochenta y por ello fue encarcelado por parte de la junta militar que entonces dirigía el general Chun Doo-hwan y que mantenía una dura retórica bélica para con el régimen norcoreano. Se espera que el principal tema a tratar en las dos rondas de conversaciones, de una hora y media cada una, sea la desnuclearización de la península coreana.
También, el mantenimiento del diálogo bilateral y la paz permanente entre dos países que continúan técnicamente enfrentados desde el final de la Guerra de Corea (1953).