“Nuestro producto inhibe las comunicaciones”, explicó a Efe Yael Liberman, directora de marketing de Phantom, empresa que se dedica a sabotear las comunicaciones en cárceles, por ejemplo, para prevenir motines y fallos de seguridad, y que tiene como clientes algunos centros penitenciarios españoles.
“Pero nuestra tecnología también sirve para desactivar explosivos que son activados vía telefónica o hacer caer drones: los detecta a unos cinco metros antes de su llegada y les inhabilita su sistema de comunicaciones, haciéndolos caer lentamente”, relató Liberman.
Los visitantes de más de 80 países, según los organizadores, representantes de gobiernos y organizaciones diversas, asistieron ayer y hoy al centro de convenciones de Tel Aviv para informarse y hacer negocios en la quinta convocatoria de la convención.
Un reducido grupo de Nigeria, que prefirió mantenerse en el anonimato, visitó el expositor de rifles Silver Shadow, donde el presidente de la compañía, Amos Golán, les enseñó los últimos modelos de rifles, entre ellos uno plegable, que permite disparar desde una esquina sin ser visto o por encima de un muro.
“Es muy utilizado por la Policía en Estados Unidos, es el mejor modo de protegerse: disparar sin ser visto. Además, el arma filma lo que ve y lo transmite a una pantalla, para maximizar la protección”, explicó Golán. En la convención se presentó también hoy un producto que escanea con un láser el líquido de las botellas para detectar explosivos y drogas.
“Esperamos hacer la vida más fácil a los viajeros de los aeropuertos y que sus botellas de agua no sean confiscadas, pero también presentamos algo muy novedoso: la posibilidad de detectar alcoholes adulterados, que son un grave problema para la salud de los consumidores y también económico para los productores”, declaró Tal Venezia, de LDS, sistemas de detección por láser.
Los productos de la convención están destinados, según los organizadores, a empresas y gobiernos que pasan muchos filtros reguladores para asegurar a los productores que no están asistiendo a redes criminales.
“Todos los sistemas que salen al extranjero están muy supervisados”, aseguró Itai Nakash, de la empresa San, dedicada a inventar aparatos que abren todo tipo de puertas de cualquier material con un sistema ligero que imprime presión.
“Lo usan los soldados o equipos de rescate, para salvar a personas en edificios inaccesibles o para entrar en lugares herméticamente cerrados, o abrir cajas fuertes”, señaló Nakash.
“Sabemos que las organizaciones criminales están muy interesadas en estos productos, y lo entendemos, pero la supervisión a la que estamos sometidos nosotros y ellos nos asegura que nuestro producto llega solo a los buenos clientes”, manifestó.