“Uno de cada dos pobladores rurales en América Latina y el Caribe está en situación de pobreza y eso es una cifra inaceptable”, criticó la investigadora principal del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), Carolina Trivelli, tras presentar el informe 'Panorama de la pobreza rural en América Latina y el Caribe.
En este documento, la FAO analiza la evolución de este problema hasta 2016 y expone cinco ejes de intervención para acabar con ella. La primera edición del informe advierte sobre una histórica reversión en la pobreza rural de la región, la cual creció en dos millones de personas entre 2014 y 2016, alcanzando un total de 59 millones.
Desde 1990 hasta 2014, la pobreza rural en la región cayó casi 20 puntos porcentuales, del 65% al 46%. Pero entre 2014 y 2016, tanto la pobreza como la pobreza extrema aumentaron dos puntos porcentuales y alcanzaron, respectivamente, 48,6% y 22,5%. La pobreza extrema, según explicó la investigadora, representa la situación de alguien cuyos recursos no le alcanzan para la alimentación mínima.
Mientras que la pobreza o pobreza total suma a esta canasta alimentaria unos gastos adicionales mínimos que los países consideran necesarios para vivir.
El país que tiene el nivel de pobreza rural más alto y que está empeorando más rápido, según la FAO, es Guatemala, indicó la investigadora, además de señalar que la situación menos pronunciada la experimentan Uruguay y Chile.
“Claramente, necesitamos una política focalizada en el mundo rural para enfrentar el desafío de eliminar la pobreza y la pobreza extrema rural”, declaró la portavoz. Trivelli añadió que la pobreza rural no es solo un “imperativo moral” para favorecer la “terrible” situación de estos ciudadanos, sino también para “generar las bases del desarrollo de nuestros países y de la región”.
Los 33 países de la región han suscrito el compromiso de erradicar la pobreza en todas sus formas, el número uno de los Objetivo de Desarrollo Sostenible, “a más tardar en el 2030”, explicó en el prólogo del informe el subdirector general de la FAO en la región, Julio Berdegué.