Reunidos en los alrededores de la catedral, bajo una lluvia helada, cientos de luxemburgueses pudieron seguir la ceremonia transmitida en una pantalla gigante, en una ciudad con la bandera nacional a media asta y las calles decoradas con fotos del gran duque, constató la AFP en el lugar.
En las primeras filas se pudo observar a muchos soberanos en duelo, como el príncipe Alberto II de Mónaco, la reina Margarita de Dinamarca, la familia real belga, la princesa Ana de Reino Unido, y los padres de Felipe VI de España, Juan Carlos I y Sofía. Pero también asistieron expresidentes como el francés Nicolas Sarkozy y el alemán Joachim Gauck, el presidente de la Comisión Europea, el luxemburgués Jean-Claude Juncker, así como miembros del gobierno del Gran Ducado, como el primer ministro Xavier Bettel.
El gran duque Juan de Luxemburgo, que reinó durante 36 años (1964-2000) en este pequeño Estado europeo, antes de ceder el trono a su hijo Enrique, vivía retirado desde que abdicó en octubre del año 2000.
“Nuestro gran duque Juan era un hombre de caridad, de amor discreto”, declaró el arzobispo de Luxemburgo, monseñor Jean-Claude Hollerich, en una homilía pronunciada en francés, uno de los tres idiomas oficiales de Luxemburgo, junto al alemán y el luxemburgués.
Volviendo a la vida del difunto, marcado por el exilio forzado después de la invasión nazi a comienzos de la Segunda Guerra Mundial, Hollerich lanzó: “El Gran Duque Juan amaba Luxemburgo (...) Y después de su muerte (...) lo hemos visto muy bien (...) los luxemburgueses adoraban al gran duque Juan”, agregó.
Juan se alistó en 1942 como voluntario en el ejército británico y dos años más tarde participó en el Desembarco en Normandía y luego en la liberación de su país, algo que sus compatriotas nunca olvidaron. En homenaje a ese pasado, sonaron las gaitas con “The flowers in the forest”, una canción tradicional escocesa.
“Hacia los demás, tenía esta excepcional capacidad de escuchar que impactaba a todas las personas que conocía” , estimó en un mensaje dirigido a la población este sábado por la mañana el Gran Duque Enrique, el actual soberano de Luxemburgo, muy conmovido durante la ceremonia.
Jean-Marie Cottong, una luxemburguesa de 43 años, que el sábado asistía a la ceremonia, dijo que recordaba al gran duque Juan por “su cortesía, su gentileza, la persona que se necesitaba para la liberación” de Luxemburgo.
“Era nuestro ’explorador’ N° 1 en Luxemburgo”, resaltó Nicole, una joven de 23 años, ciudadana de este pequeño Estado en el corazón de Europa, que participó con otros cientos de scouts del Gran Ducado de una marcha en memoria de quien también era su jefe en el escultismo.