La reina, de 86 años, que pasa, como es habitual, las fiestas de fin de año en su residencia de Sandringham, en el este de Inglaterra, no había dio a la iglesia el domingo, como es su costumbre, a causa de “un resfriado”, había anunciado el palacio real.
Este martes, Isabel II parecía estar bien cuando concurrió a la ceremonia religiosa, junto con su esposo Felipe, de 91 años, quien, tras ser operado por tener obstruida una arteria coronaria hace un año, no había pasado la Navidad de 2011 en Sandringham.
Por otra parte, la reina Isabel cerrará públicamente el 60º aniversario de su reinado este martes con la difusión de un mensaje pregrabado. Este tradicional discurso de Navidad, será retransmitido por primera vez en tres dimensiones (3D).
El mensaje navideño del monarca, instaurado por su abuelo Jorge V hace exactamente 80 años, es una de las escasas ocasiones en la que la reina expresa públicamente sus opiniones personales.
A lo largo de su reinado, Isabel II sólo se ha saltado una vez este discurso retransmitido en el Reino Unido y el resto de países de la Mancomunidad Británica (Commonwealth), de 15 de los cuales es también jefa de Estado.
La reina pasa tradicionalmente las fiestas de fin de año rodeada de los suyos en Sandringham, pero varios miembros de la familia estarán ausentes esta Navidad.
Así, el príncipe Enrique se encuentra actualmente en misión militar en Afganistán.
Por su parte, el príncipe Guillermo y su esposa Catalina, encinta, han previsto pasar las fiestas con los padres de esta última, poco más de dos semanas después de la hospitalización de la duquesa de Cambridge.
La policía británica indicó el pasado fin de semana que la fiscalía prevé pronunciarse sobre eventuales procedimientos penales al hilo de la broma telefónica tras la cual una enfermera del hospital británico donde estaba ingresada Catalina se quitó la vida.
La enfermera Jacintha Saldanha fue encontrada ahorcada el 7 de diciembre, tres días después de haber sido engañada por locutores de una radio australiana, que se hicieron pasar por la reina Isabel y el príncipe Carlos, para obtener así noticias de Catalina.
Tras contestar a la llamada, Saldanha se la transfirió a una compañera que atendía a la esposa del príncipe Guillermo, y que dio informaciones sobre ésta, infringiendo las normas sobre la confidencialidad de los pacientes.
Las razones del suicidio de la enfermera, que dejó tres cartas, no han sido reveladas. El hospital asegura haber apoyado en todo momento a su empleada, que no fue objeto de ninguna “medida disciplinaria”.