Sarkozy había sido imputado el 21 de marzo en esta causa, relativa a abusos de debilidad cometidos en detrimento de la multimillonaria Liliane Bettencourt, heredera de la firma de cosméticos L’Oréal, en el marco de una investigación sobre posible financiación ilegal de su partido, la Unión por un Movimiento Popular (UMP, conservadora).
Era sospechoso de haber recibido dinero de la multimillonaria, de 90 años de edad y aquejada de senilidad según un peritaje médico, para financiar su campaña presidencial de 2007.
Este sobreseimiento permite al expresidente plantearse con más serenidad su retorno a la política. Pero su nombre es citado en otros casos, como el de un posible financiamiento de su campaña por parte del régimen libio de Muamar Gadafi; el llamado caso Karachi, sobre presuntas financiaciones políticas ilícitas a través de retrocomisiones por venta de armamentos; y el controvertido arbitraje en favor del empresario Bernard Tapie.
Sarkozy, retirado de la política desde que fue derrotado en la elección de 2012 por el socialista François Hollande, sigue siendo el candidato prefererido de los simpatizantes de la UMP para la presidencial de 2017.
Según los diarios Le Monde y Sud Ouest, diez de los otros once inculpados en esta causa, entre ellos el exministro de Presupuesto Eric Woerth, comparecerán ante un tribunal correccional.