La explosión, que se produjo a las 18.00 hora local (22.00 GMT) , provocó la muerte de tres personas, que según los datos disponibles eran empleados de la compañía, incluido un hermano del dueño de la planta industrial, además de ocho más que están declaradas desaparecidas.
Decenas de vehículos de emergencia trasladaron a los heridos a hospitales de la capital, desde donde fueron enviados equipos de rescate que todavía trabajan en la zona.
Miembros de los equipos de rescate indicaron a medios locales que muchas de las personas hospitalizadas presentaban estado grave o crítico, y un portavoz de la compañía propietaria de la planta industrial confirmó que los equipos de rescate trabajarán durante toda la noche en busca de las ocho personas reportadas desaparecidas.
“Creemos que faltan ocho personas, ya que todavía realizamos el recuento de todos los trabajadores que estaban de servicio en el momento de la explosión, pero es difícil dar una cifra definitiva en este momento” , señaló un portavoz de la compañía propietaria de la planta industrial, controlada por el empresario Reneau Gajadhar.
La explosión, que fue escuchada a kilómetros de distancia, provocó la rotura de ventanas y puertas de establecimientos cercanos, además de dejar inutilizadas oficinas y varios equipos pesados en la planta industrial.
La causa de la explosión no fue todavía determinada, aunque un supervisor de la planta dijo a periodistas locales que pudo haber sido provocada por empleados de la planta que trabajaban en una soldadura cerca de un contenedor cargado con material explosivo, incluida dinamita.
Personas en comunidades más alejadas de la explosión confundieron el estruendo con un terremoto, ya que en otra parte de la capital se participó en un ejercicio regional de respuesta a tsunami denominado Caribewave 2017.
El ejercicio, que se llevó a cabo el martes en todo el Caribe y América Latina, tenía como objetivo la activación de los planes locales de respuesta a tsunami.
El primer ministro de Santa Lucía, Allen Chastanet, expresó sus condolencias a las familias de los muertos en Cul de Sac, localidad situada a unos a 10 kilómetros de la capital.
“Es muy triste cuando alguien pierde su vida mientras trabaja en tareas peligrosas” , dijo Chastanet a los periodistas en la escena de la explosión.
“Aunque no se conocen las identidades de los fallecidos envío mis condolencias a sus familias”, agregó.
La explosión pudo escucharse a kilómetros de distancia del lugar y algunos residentes la describieron como el estruendo más fuerte jamás escuchado en la zona.