Cheyre y otros tres exaltos mandos militares llegaron este jueves hasta la Brigada de Derechos Humanos de la Policía donde se les notificó su detención, la cual cumplirán en un regimiento de Santiago “en calidad de autores del delito de aplicación de tormentos a detenidos”, indicó un comunicado del Poder Judicial.
“Rechazamos categóricamente el contenido de la resolución, por cuanto don Juan Emilio Cheyre nunca participó en los hechos que son materia de dicha resolución”, declaró en un comunicado Jorge Bofill, abogado de Cheyre.
Se denunció que los abusos fueron perpetrados en el regimiento Arica de la ciudad de La Serena (norte) , ocurridos pocos días después del golpe militar de 1973 que dio paso a la dictadura de Pinochet, según la nota.
El juez Vicente Hormazábal, de La Serena (480 km al norte de Santiago) , ordenó los arrestos luego de haber investigado las denuncias que realizaron presuntas víctimas, quienes aseguraron haber sido torturados en una sección del regimiento Arica entre septiembre y noviembre de 1973.
Durante esa época, Cheyre era teniente en ese regimiento y hombre de confianza del jefe de la plaza militar, el entonces capitán Ariosto Lapostol, otro de los imputados por el juez Hormazábal. El magistrado estableció que algunas de las torturas ocurrieron en ausencia de Lapostol, por lo cual Cheyre “quedó a cargo de esta (sección) y es sindicado por varios denunciantes como autor directo de los interrogatorios y torturas”.
En tanto, los exoficiales Jaime Ojeda y Mario Larenas, también quedarán detenidos mientras se efectúe la investigación del caso. Por su parte, Ariosto Lapostol cumplirá arresto domiciliario debido a su avanzada edad.
Este caso es parte de otra causa judicial por la que Cheyre ya fue condenado en noviembre pasado a tres años de libertad vigilada acusado de encubrir 15 homicidios en 1973. Así, cerraba uno de los episodios del siniestro caso “Caravana de la Muerte”, en la que un grupo de militares realizaron viajes en helicóptero por varias ciudades para hacer juicios y ejecuciones de opositores a la dictadura de Pinochet.
“Nuestros familiares no mataron nunca a nadie, solo tenían un pensamiento distinto a ellos. Los que mataron, torturaron, hicieron desaparecer gente son ellos. Es un chiste, porque él (Cheyre) trató de encubrir toda su violencia”, dijo a la prensa Marcos Barrantes, familiar de una de las víctimas de torturas. Comandante en jefe del Ejército entre 2002 y 2006, Cheyre fue detenido en 2016 por este caso tras ser acusado de haber encubierto los asesinatos.
Días después fue puesto en libertad tras pagar una fianza de unos 1.500 dólares. El caso “Caravana de la Muerte” es uno de los más emblemáticos de violaciones de derechos humanos en la última dictadura que investigó la justicia chilena.
Durante ese episodio fueron asesinados casi un centenar de prisioneros políticos. Además, por este caso, Pinochet fue procesado y puesto bajo arresto domiciliario, aunque resultó sobreseído por demencia, sin alcanzar a ser condenado tras morir en 2006.
En 2004, cuando aún era comandante del Ejército, Cheyre publicó una polémica columna en un diario local en la que afirmaba que la institución militar había asumido “las responsabilidades por los hechos punibles y moralmente inaceptables del pasado” y que haría “esfuerzos concretos para que nunca más vuelvan a repetirse” .
La declaración causó controversia dentro de la institución militar. La situación se hizo más incómoda luego que Cheyre animó a sus camaradas a entregar información útil y conducente a establecer el paradero de detenidos desaparecidos. Durante la última dictadura en Chile, unas 3.200 personas murieron o fueron desaparecidas, mientras que unas 38.000 fueron torturadas, según datos oficiales.