Sánchez Cerén, del gobernante Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) , obtuvo 50,11% (1.495.815 votos), y Norma Quijano, de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena) , 49,89% (1.489.451), según el recuento del 100% de las actas electorales.
El domingo, el escrutinio preliminar asignó a ambos candidatos exactamente los mismos porcentajes, pero ese resultado fue impugnado por Quijano, que exigió el conteo “voto a voto” y pidió la anulación de los comicios por considerar que hubo “fraude”.
“El pueblo unido, jamás será vencido” y “Salvador, presidente”, coreaban militantes del FMLN, en el hotel de la capital, fuertemente custodiado por guardias antimotines, donde el TSE instaló su centro de operaciones, constató un periodista de AFP .
Sánchez Cerén, de 69 años y actual vicepresidente del primer gobierno de izquierda de El Salvador, presidido desde 2009 por Mauricio Funes bajo la bandera del FMLN, había ganado la primera ronda del 2 de febrero con 48,9% contra 38,9% de Quijano, pero sin lograr el 50% más uno que evitaba la segunda vuelta del pasado domingo.
Sería el primer exguerrillero en asumir la Presidencia de El Salvador.
Al asumir el 1 de junio, el futuro presidente deberá enfrentar un país golpeado por la violencia de las pandillas que siguen cometiendo delitos como extorsiones, aunque mantienen una tregua desde hace dos años; una pobreza que afecta al 40,7% de los 6,2 millones de habitantes y una economía que apenas creció un 1,9% en 2013.
Concluido el escrutinio, los partidos políticos, según el Código Electoral, disponen de tres días para presentar los recursos que estimen convenientes, por lo que la proclamación oficial del ganador será el próximo lunes o martes, había explicado a la prensa el presidente del TSE, Eugenio Chicas.
El TSE decidió concluir, llegando a la madrugada, el recuento de las actas luego de “retrasos” provocados por representantes de Arena y en “aras de generar estabilidad política en el país, certeza en el proceso electoral y superar elementos de distorsión informativa” que causaba la lentitud del proceso, explicó Chicas.
El escrutinio final, que se inició el martes, consistió en una revisión manual de las actas de las 10.445 juntas receptoras, en mesas integradas por delegados del FMLN y Arena, la Fiscalía y la Procuraduría de Derechos Humanos.
El TSE tiene pendiente de resolver un recurso de nulidad de los comicios, pero declaró “improcedentes” otros dos sobre el conteo “voto por voto” , porque el número de sufragios impugnados no superaba la diferencia entre ambos candidatos y no alteraba el resultado del conteo preliminar.
El recurso de nulidad interpuesto el martes elevó la tensión política, pero el miércoles el Ejército pareció tratar de apaciguar los ánimos con un pronunciamiento, leído por el ministro de la Defensa, general David Munguía, en el que se comprometió a “respetar los resultados oficiales que emita” el TSE.
“Nosotros somos profesionales y vamos a ser fiel al presidente que el pueblo elija”, subrayó Munguía, acompañado de la plana mayor del Ejército, desmarcándose de una declaración de Quijano según la cual la Fuerza Armada estaba pendiente del “fraude”.
El miércoles, por segundo día, cientos de activistas de Arena protestaron haciendo sonar cacerolas en las calles cercanas al hotel donde se efectúa el escrutinio y pidiendo la nulidad de los comicios.
Quijano, durante esa protesta, dijo que Arena debía “aumentar la presión social” en las calles, pues en su criterio “lo que aquí se quiere hacer es instaurar una dictadura con el FMLN” .
“No hay ningún indicio que apunte a la existencia de un fraude, se han revisado las actas y el proceso ha sido limpio. Llamamos a los partidos en contienda que transmitan a sus seguidores un mensaje de tranquilidad”, dijo este jueves el procurador para la Defensa de los Derechos Humanos, David Morales.
El analista y exfiscal Aztor Escalante pidió al país “serenidad, madurez y altura cívico política”.
El portavoz del FMLN, Roberto Lorenzana, convocó a la militancia de su agrupación a celebrar la victoria la tarde del sábado, en una plaza al oeste de San Salvador. Marcos Rodríguez, dirigente del FMLN, declaró que desde el lunes trabajarán en el “plan de gobierno” que buscará “alcanzar acuerdos de país”.
El próximo presidente deberá buscar alianzas en el Congreso de 84 escaños, que se renovará en 2015, para asegurar la gobernabilidad de este país polarizado.