“Estoy pensando plantear al G77 más China que entiendan sobre la importancia de la hoja de coca, tenemos esos espacios para decir nuestra verdad, y no estar tergiversando la verdad como hicieron tantos años” , afirmó Morales, líder de los cosechadores de coca.
El mandatario del país andino anunció el lunes que Bolivia asumirá el 8 de enero en Nueva York la presidencia pro témpore del G77, actualmente a cargo de Fiji.
Morales indicó que la milenaria planta, consumida en Bolivia desde tiempos milenarios en mascado, infusión y rituales religiosos, fue víctima de la mala propaganda de las naciones industrializadas y que ahora su meta es limpiar esa percepción.
Señaló que “desde las décadas 40 y 50 se inventaron el tema de la cocaína (que tiene a la planta como materia prima), para satanizar la coca y en 1961 se penalizó la hoja de coca, con el fin de erradicar nuestra identidad”.
Morales, en esa línea, destacó la decisión de Bolivia de demandar a la Convención de Viena sobre drogas de 1961 que penalizaba los usos tradicionales andinos. Bolivia retornó este año al acuerdo internacional, objetando esa prohibición.
El gobernante declaró que “la próxima batalla es cómo retirar la hoja de coca de la lista de estupefacientes (de las NNUU) para que luego podamos exportar la hoja de coca, estamos avanzando muy bien con los países del ALBA”, para el comercio de la milenaria planta.
Bolivia tiene un acuerdo con Ecuador para venderle coca con fines terapéuticos y medicinales, aún sin materializarse.
El presidente también reconoció que autoridades de otros países, como un excanciller de Paraguay, a quien no identificó, se llevan hojas de coca en valija diplomática, para evitar el control o la requisa.
Según el mandatario, el mascado de coca regula la diabetes o la presión arterial alta, entre otros males.
Bolivia cuenta, según datos de las Naciones Unidas, con 25.300 hectáreas de cultivos de coca, aunque una ley de la década del 80 autoriza hasta 12.000 hectáreas para usos legales.
Bolivia es tercer productor mundial de coca y cocaína, después de Perú y Colombia, según la ONU.