ETA, a punto de formalizar su desaparición

SAN SEBASTIÁN. La organización separatista vasca ETA se apresta a formalizar su disolución, en un esperado vídeo que pondrá punto y final a 40 años de violencia, pero deja diversas cuestiones en suspenso, como el futuro de sus cerca de 300 presos.

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La prensa española ha adelantado que en ese vídeo podría reaparecer Josu Urrutikoetxea, conocido como Josu Ternera. Este veterano dirigente de ETA, organización catalogada como terrorista por la Unión Europea, se encuentra huido de la justicia desde 2002. Ahora tiene 67 años y padecería cáncer.

El vídeo oficializará lo adelantado en una carta de la organización fechada el 16 de abril y difundida por la publicación digital eldiario.es este miércoles. En la misiva, la última insurrección armada de Europa occidental asegura que “ha disuelto completamente todas sus estructuras” y que “ha decidido dar por terminados su ciclo histórico y su función” para propiciar “un nuevo ciclo político”.

Creada en 1959, durante la dictadura de Francisco Franco, ETA mató al menos a 829 personas a lo largo de cuatro décadas, a base de atentados con bomba y tiros en la nuca. Atacó a políticos, policías, militares, juristas y simples ciudadanos de a pie, además de llevar a cabo secuestros y extorsiones para financiarse.

En los últimos años se vio debilitada por los sucesivos golpes policiales en España y Francia. En octubre de 2011, anunció el cese definitivo de la lucha armada, y en abril del año pasado anunció haber entregado su armamento a las autoridades francesas.

A la espera del vídeo, la posible presencia de Josu Ternera ha indignado a las víctimas de ETA y sus familiares, que exigen que la organización asuma toda su responsabilidad criminal y ayude a esclarecer 358 asesinatos no dilucidados.

“Este no es el final de ETA que queríamos (...) debía de haber sido diferente” , dijo el miércoles Consuelo Ordóñez, presidenta de la asociación de víctimas COVITE y hermana de Gregorio, político vasco conservador asesinado por la organización en 1995.

ETA pidió perdón el pasado 20 de abril por el “grave daño” causado, pero sólo por las víctimas “sin responsabilidad” en el conflicto, lo que da a entender que considera como legítimos los asesinatos de policías y militares.

La inmensa mayoría de los vascos da la bienvenida al fin de la violencia. Pero una vez disuelta ETA se plantea la cuestión del independentismo en el País Vasco, donde la coalición separatista Bildu es la segunda fuerza del Parlamento regional.

Los detractores de la causa separatista afirman que las entidades independentistas, que incluyen a personas antaño integrantes de ETA o vinculadas a la organización, están intentando imponer su versión de los hechos. Según el relato de estos, los vascos son una nación reprimida por Francia y España, en particular por la dictadura franquista, que prohibió el uso en público de la lengua vasca.

Las víctimas, la clase política española, la UE y los historiadores responden que ETA es un grupo “terrorista”  y destacan el hecho de que mató a mucha más personas (al menos 786) tras la muerte de Franco que mientras éste vivía (43). “ETA nunca ha querido traer la democracia, sino acabar con la que había” , afirmó en ese sentido el filósofo vasco Fernando Savater. “Y eso es lo que queremos recordarle a la gente” .

Aparte de las víctimas de ETA, al menos 62 personas murieron a manos de grupos parapoliciales y grupúsculos de ultraderecha durante los años de actividad de la organización separatista, según el informe Foronda de la Universidad del País Vasco. Y se presentaron más de 4.100 denuncias por presuntas torturas policiales entre 1960 y 2014, según otro estudio encargado por el gobierno vasco. Estas víctimas piden que también se les reconozca.

“Si tú no reconoces una parte del sufrimiento, es muy difícil crear una convivencia y la reconciliación. Es muy difícil cuando hay heridas abiertas”, señala Ane Muguruza, de 28 años. Su padre Josu, diputado regional de Herri Batasuna, el brazo político de ETA, fue asesinado en 1989 por unos ultraderechistas que, según ella, tenían apoyo del gobierno español.

Otra gran cuestión es qué pasará con los cerca de 300 presos desperdigados por cárceles españolas y francesas. ETA lleva años pidiendo su acercamiento al País Vasco, pero el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, advirtió de nuevo este miércoles que “nada van a obtener” con la disolución.

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