“Se estima que en el momento de la salida de vía, el tren circulaba a 153 kilómetros por hora”, informó el Tribunal Superior de Justicia de Galicia tras analizar las cajas negras del convoy.
“Segundos antes del accidente se activó un freno”, afirmó en un comunicado, precisando que “el tren circulaba en los kilómetros previos al momento del descarrilamiento a 192 kilómetros por hora”.
El 24 de julio, el convoy, con más de 200 personas a bordo, había descarrilado a unos 4 km de su llegada a la estación de Santiago, una zona donde la línea, de alta velocidad hasta ese momento, se transformaba en vía convencional al acercarse a la ciudad y la velocidad se limita a 80 km/h.
Según los datos extraídos de las cajas negras, el maquinista, Francisco José Garzón Amo, un experimentado profesional de 52 años imputado de “homicidio por imprudencia”, parecía consultar el trayecto del convoy.
“Del audio almacenado en las cajas negras se ha podido saber también que el maquinista estaba hablando por teléfono con personal de Renfe (compañía de ferrocarril española, ndlr), que parece ser un controlador, en el momento del accidente”, explicó el tribunal.
“Del contenido de la conversación y por el ruido de fondo parece que el maquinista consulta un plano o algún documento similar en papel”, agregó.
Numerosos periódicos españoles habían afirmado este martes que el maquinista, quien había realizado en 60 ocasiones ese recorrido, declaró al juez el domingo haber confundido el tramo donde se encontraba.
“Creyó estar en un tramo distinto del trazado y cuando empezó a reducir la velocidad era demasiado tarde para mantener el control del convoy”, había asegurado el diario El País.